DOI 10.35381/cm.v9i1.1104

 

Correlación sexo, patrón esqueletal en la inclinación incisal y la influencia en tejidos blandos

 

Correlation between sex, skeletal pattern in the incisal inclination and the influence on soft tissues

 

 

 

 

Neris Leonardo Cedeño-García

neris.cedeno@psg.ucacue.edu.ec

Universidad Católica de Cuenca, Azogues, Azogues

Ecuador

https://orcid.org/0000-0002-0710-2224

 

Miriam Verónica Lima-Illescas

mlimai@ucacue.educ.ec

Universidad Católica de Cuenca, Azogues, Azogues

Ecuador

https://orcid.org/0000-0001-6844-3826

 

 

 

 

 

 

 

Recibido: 15 de diciembre 2022

Revisado: 10 de febrero 2023

Aprobado: 01 de abril 2023

Publicado: 15 de abril 2023

 

 

 

 

 

 

 

RESUMEN

El objetivo del estudio fue correlacionar el patrón esqueletal en la inclinación incisal y la influencia en los tejidos blandos. Se utilizaron 276 radiografías cefálicas laterales enfocándose en el ángulo interincisal, el ángulo nasolabial y correlacionandolo con el sexo y el patrón esqueletal. Existió una diferencia significativa del ángulo nasolabial para el sexo, es decir que la comparación por pares mostró que fue mayor ángulo nasolabial para las mujeres en relación con los hombres. Por otra parte, el ángulo interincisivo indicó una diferencia significativa con el patrón esqueletal, en la Clase I la media fue 126, 94º ±10,21 º, mientras que en la Clase II la media fue 124,88 ±9,7˚ y en la Clase III la media fue 132,31 ±10,33˚. La interacción del sexo y el patrón esqueletal no fue significativa para el ángulo interincisal y el nasolabial.

 

Descriptores: Odontología; salud; terapia. (Tesauro UNESCO).

 

 

 

 

 

ABSTRACT

The objective of the study was to correlate the skeletal pattern in the incisal inclination and the influence on the soft tissues. 276 lateral cephalic radiographs were used, focusing on the interincisal angle, the nasolabial angle and correlating it with sex and skeletal pattern. There was a significant difference in the nasolabial angle for sex, that is, the pairwise comparison showed that the nasolabial angle was greater for women compared to men. On the other hand, the interincisor angle indicated a significant difference with the skeletal pattern, in Class I the average was 126.94º ±10.21º, while in Class II the average was 124.88 ±9.7˚ and in Class III the mean was 132.31 ±10.33˚. The interaction of sex and skeletal pattern was not significant for the interincisal and nasolabial angles.

 

Descriptors: Dentistry; health; therapy. (UNESCO Thesaurus).

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Se podría definir a la belleza como la relación correcta en proporción entre sí y así componer un todo armonioso integrado. La percepción de la belleza por lo general implica la interpretación de alguna entidad que está en equilibrio y armonía con la naturaleza que puede conducir a sentimientos de atracción y estabilidad. El concepto occidental de belleza debe mucho, por supuesto, a las ideas y los ejemplos de la antigua Grecia. Desde el Renacimiento, las obras de arte y la poesía griegas y romanas han sido arquetipos de la perfección estética (Kostan, 2015).

En los inicios de la ortodoncia los clínicos se basaban en diagnósticos y planes de tratamientos netamente dentales y mecanicistas que a medida que pasaron los años se fueron modificando, llevándolos a un contexto estético del rostro en general, en el que poco a poco se han venido evitando grandes compensaciones por costo biológico con resultados no tan favorables con los patrones de belleza ya establecidos.

En la actualidad gracias a la tecnología, el ortodoncista tiene herramientas digitales que simplifican los procedimientos. En nuestro caso se utilizó la cefalometría digital que es una herramienta indispensable para evaluar el plan de tratamiento de ortodoncia y ortopedia en relación con la dirección de crecimiento (Casanova, 2021). Se evaluó las estructuras craneofaciales en sentido sagital que serán comparadas con los patrones de normalidad, ya sean medidas lineales y angulares.

Se utilizó medidas como ANB para poder clasificar a los individuos en Clase I , Clase II y Clase III esqueletales (Steiner, 1953) y analizar el ángulo interincisal en los individuos previamente clasificados, aunque para Ludwig según en su estudio hay poca diferencia significativa en las inclinaciones de los incisivos superiores e inferiores en relación con el patrón esqueletal (Ludwig, 1967) pero se hace prudente realizarlo ya que estos análisis fueron en pacientes que no corresponden a nuestra región.

Se ha podido evidenciar que la morfología dental parece ser un factor en la sobremordida (Uzuner et al., 2019) teniendo modificaciones en los tejidos blandos. Observaremos como se manifiesta el ángulo nasolabial propuesta por Legan y Burstone (Zamora, 2004), ya que se ha notado que el aumento de este ángulo está significativamente correlacionado con la cantidad de retracción del incisivo maxilar en el tratamiento de la maloclusión Clase II, División 1(Lo & Hunter, 1982) corroborando la estrecha relación con el complejo dentoalveolar.

Otras estructuras que corresponden a tejidos blandos a evaluar son el labio inferior en relación al plano Estético del cefalograma de Roberts Ricketts (Zamora, 2004) y el labio superior de la cefalometría de Jarabak (Gregoret, 1997) por la íntima relación que tienen sobre el incisivo superior e inferior (Zamora, 2004) ya que se ha evidenciado  que el patrón esquelético sagital y  el torque del incisivo tienen efectos directos sobre el bermellón (Liu et al., 2021)

Es menester el estudio de estos puntos ya que muchos tratamientos se basan en la modificación del perfil mediante la extracción de premolares teniendo cambios significativos como la disminución del ángulo ANB (Mishra et al., 2020).  Se hace necesaria la información de las medidas de estos ángulos para poder seguir un patrón, obteniendo resultados reales en cuanto a proporciones de perfil facial aplicadas a nuestra población considerando que la mayoría de los estudios se realizan en diferentes ubicaciones geográficas, sexo, edad y etnia.

El objetivo del estudio fue correlacionar el patrón esqueletal en la inclinación incisal y la influencia en los tejidos blandos.

 

MÉTODO

El estudio fue cuantitativo, observacional, correlacional, documental y de cohorte transversal. Se utilizó 276 radiografías cefálicas laterales digitales del centro radiológico Global imagen de la ciudad de Quito, Ecuador.

Las radiografías fueron tomadas del equipo Kavo OP3D por un solo operador. La muestra fue por conveniencia que corresponde al primer periodo del año 2019 teniendo un número de 138 radiografías para el sexo masculino y 138 para el femenino, el acceso a la base de datos fue de manera anonimizada.

Las radiografías cumplieron con los siguientes criterios de inclusión: pacientes adultos, ambos sexos, radiografías realizados en el mismo centro radiológico, radiografías con amplia visibilidad del cráneo, buena visibilidad de las estructuras de tejidos blandos y presencia de todas las piezas dentales a excepción de los terceros molares. Dentro de los criterios de exclusión fueron: pacientes con síndromes, pacientes con material de osteosíntesis, presencia de restauraciones extensas o implantes dentales y sobre todo pacientes con retenedores de ortodoncia.

Las variables a evaluar fueron clasificadas como: sexo y el patrón esqueletal como factores independientes y las variables dependientes fueron inclinación interincisal y el ángulo nasolabial. El sexo fue identificado como hombre y mujer de acuerdo a la condición biológica. El patrón esqueletal fue evaluado como Clase I: 0 a 4˚, Clase II >4˚ y Clase III <0 ˚ (Steiner, 1953).

El ángulo interincisivo está formado por el eje longitudinal del incisivo superior e incisivo inferior. El eje axial se obtiene trazando una línea que pasa por el borde incisal y el ápice radicular de los incisivos correspondientes. La norma de este ángulo va desde 124° a 136° según Roberts Ricketts, teniendo en cuenta que ángulos menores a 124° nos indicará proinclinación y ángulos mayores a 136° muestra retroinclinación de los incisivos (Zamora, 2004).

El ángulo nasolabial está formado por la base de la nariz y el labio superior. Trazamos dos líneas que parten del punto subnasal (Sn); la horizontal es tangente al punto más anterior de la columela y la vertical es tangente al borde mucocutáneo del labio superior (Vermilion superior). La norma para este ángulo va desde 92° hasta 110° como valores normales  teniendo en cuenta que ángulos  menores  a 92° indica protrusión labial superior y ángulos mayores a 110° muestra retrusión labial según Legan y Burstone (Tabla 1) (Zamora, 2004).

La investigación fue aprobada por el Comité de Bioética de la Universidad Católica de Cuenca y no implicó ningún conflicto bioético, debido a que se ejecutó sobre información anonimizada, por lo que se mantuvo la respectiva confidencialidad de los datos.

 

Tabla 1.

Puntos cefalométricos.

 

Interfaz de usuario gráfica

Descripción generada automáticamente

Fuente: Zamora (2004).

 

 

 

 

 

Imagen que contiene interior, bolsa, tabla, maleta

Descripción generada automáticamente

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 1. Análisis cefalométrico en WEBCeph.

Fuente: www.webceph.com.

 

 

Para el análisis de los datos se usó estadística descriptiva, se calculó la frecuencia absoluta, porcentaje del sexo y el patrón esqueletal. Para la determinación de normalidad de los datos del ángulo interincisivo y el ángulo nasolabial se usó la prueba Kolmogorov Smirnov. La decisión fue significativa con una consideración del 5% (p<0,05).

Se usó análisis multivariante de varianza (MANOVA) del sexo de acuerdo a varios factores tales como patrón esqueletal, ángulo interincisivo y nasolabial, para determinar los efectos individuales, así como interacciones entre los factores.

Las mediciones lineales y angulares fueron trazados por dos ocasiones por el mismo investigador en un mes de intervalo. Los errores de medición fueron evaluados con la prueba t para muestras relacionadas y el resultado fue considerado significante con p<0,05.

El procesamiento de la información, se ejecutó en el software SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) versión 25.0 y la edición de las tablas se trabajó en Microsoft Excel, 2013.

 

RESULTADOS

Los cefalogramas fueron 138 tanto para el sexo masculino y femenino. Dentro de los hombres el 52,1 % (n=72) presentaron un patrón Clase II esqueletal, el 39,1% (n=54) fueron Clase I, y el 8,8% fueron Clase III. El promedio total angular interincisal fue 125,99º ±10,05 º y en el ángulo nasolabial fue 92,71º ±14,05 º. El promedio del ángulo interincisal para hombres fue 125,86º ± 9,97 º mientras que para las mujeres fue 126,12º  ±10,15. En cuanto al ángulo nasolabial la media para hombres fue 89,94° ± 15,45 mientras que para las mujeres fue 95,47° ± 11,93. El resumen de las medias y desviaciones estándares de las medidas angulares interincisal y nasolabial según el sexo y el patrón esqueletal se indica en la Tabla 2.

 Las variables mostraron en la prueba Box igualdad de matrices de covarianzas (p=0,078) así como en la prueba de Levene indica homegeneidad de las varianzas para el ángulo interincisivo (p=0,341) y ángulo nasolabial (p=0,063). Las interacciones del MANOVA mostraron que existió una diferencia significativa del ángulo nasolabial (p=0,012) para el sexo (Tabla 3), en los hombres la media del ángulo nasolabial fue 89,94º±15,45º; mientras que en las mujeres fue 95,47º± 11,93º (Tabla 2),  la comparación por pares mostró que fue mayor el ángulo nasolabial para la mujeres en relación a los hombres, aunque el efecto es pequeño (Eta cuadrado = 0,023). (Tabla 3) Por otro lado, únicamente el ángulo interincisivo (p=0,046) indicó una diferencia significativa con el patrón esqueletal Clase I, la media fue 126,95º ±10,21º, mientras que en la Clase II la media fue 124,88º ±9,7˚ y en la Clase III la media fue 132,31º±10,33˚ (Tabla 2), con un Eta cuadrado=0,022, la comparación múltiple indicó una mayor angulación interincisal en la Clase III esqueletal que en la Clase II. (Tabla 4). La interacción del sexo y el patrón esqueletal no fue significativo para el ángulo interincisal y el nasolabial. (Tabla 3).

 

Tabla 2.

Media y desviación estándar de la inclinación interincisal y angulo nasolabial según el sexo y el patrón esqueletal.

 

Sexo

Clase esqueletal

 

Inclinación interincisal

Angulo nasolabial

 

 

n

Media°

DE°

Media°

DE°

Hombre

Clase I

54

127,66°

9,47

89,19°

16,43

Clase II

72

123,20°

9,70

91,62°

14,71

Clase III

12

133,71°

8,37

83,20°

14,20

Total

138

125,86°

9,97

89,94°

15,45

Mujer

Clase I

37

125,90°

11,27

93,93°

12,42

Clase II

97

126,13°

9,57

96,02°

11,85

Clase III

4

128,12°

15,68

96,29°

10,49

total

138

126,12

10,15

95,47°

11,93

Total esqueletal

Clase I

91

126,95°

10,21

91,12°

15,04

Clase II

169

124,88°

9,70

94,15°

13,28

Clase III

16

132,31°

10,33

86,47°

14,29

Total

125,99°

10,05

92,71°

14,05

 

Elaboración: Los autores.

 

Tabla 3.

Resultados del análisis multivariante MANOVA de la relación entre sexo, patrón esqueletal, la inclinación interincisal y angulo nasolabial.

 

Pruebas de efectos inter-sujetos

Origen

Tipo III de suma de cuadrados

gl

Media cuadrática

F

p

Eta parcial al cuadrado

Potencia observada

Modelo corregido

Angulo Interincisivo

1448,296a

5

289,659

2,97

0,012

0,052

0,855

A. Nasolabial

3010,355b

5

602,071

3,17

0,008

0,055

0,880

Intersección

Angulo Interincisivo

1450842,179

1

1450842,179

14885,01

0,000

0,982

1,000

 

A. Nasolabial

751245738669,0

1

751245,739

3955,521

0,000

0,936

1,000

Sexo

Angulo Inter incisivo

48,501

1

48,501

0,50

0,481

0,002

0,108

A. Nasolabial

1225,889

1

1225,889

6,45

0,012*

0,023

0,716

Patrón Esqueletal

Angulo Interincisivo

605,489

2

302,744

3,11

0,046*

0,022

0,595

A. Naso labial

417,946

2

208,973

1,10

0,334

0,008

0,242

Sexo * Patrón Esqueletal

Angulo Inter incisivo

452,957

2

226,479

2,32

0,100

0,017

0,469

A. Naso labial

212,218

2

106,109

0,56

0,573

0,004

0,142

Error

Angulo Interincisivo

26316,896

270

97,470

 

 

A. Naso labial

51279,299

270

189,923

Total

Angulo Interincisivo

4409130,442

276

 

A. Naso labial

2426532,738

276

Total corregido

Angulo Interincisivo

27765,192

275

A. Nasolabial

54289,654

275

* p<0,05

gl= grados de libertad

F=valor F  

sig= valor p

 

Elaboración: Los autores.

 

 

Tabla 4. Comparación entre grupos del ángulo interincisal con el patrón esqueletal.

 

 

Clase I-Clase II

Clase I-Clase III

Clase II-Clase III

Angulo interincisivo

0,243

0,113

0,012*

 

Post hoc Tukey * <0,05

 

 

Elaboración: Los autores.

 

DISCUSIÓN

Para (Pabón, 2021) en su revisión de literatura menciona que muchos de los ángulos cefalométricos pueden variar de persona a persona en respuesta a factores genéticos y epigenéticos creando modificaciones en los promedios o normas según la región en donde se aplique. (Avila, 2015) observó que generalmente en la población de Puebla-México, muchos de los individuos presentaron un espesor labial normal y grueso que a pesar de tener cambios significativos entre pacientes con extracciones y sin extracciones no presentó diferencias significativas en cuanto a modificaciones de los ángulos nasolabiales y mentolabiales.

En consideración (Peña, 2020), en la población de La Plata en Argentina en pacientes Clase II muestra valores promedios del ángulo nasolabial para mujeres fue de  de 81,16°  y para hombres de 90.98° difiriendo del presente estudio sobre todo para mujeres Clase II ya que se encontraron valores de 96,02° y para los hombres es de 91,62°.

En otro orden (Navarro, 2011), menciona de que una nariz relativamente grande puede transmitir la impresión de que la boca retrocede y de que existe un perfil convexo y que una «nariz respingona» conduce a un ángulo nasolabial más prominente por ende se recomienda una evaluación de la nariz en resalte, rotación y longitud, así como de los ángulos nasofrontal, nasofacial. Describe que el ángulo óptimo en mujeres puede considerarse de 100º a 120º, y en hombres de 90º a 105º, diferentes a los resultados del estudio ya que la media en mujeres fue de 95, 47º y en varones fue de 89,94 º.

En el estudio de (Arroyo & Caro, 2018) el promedio del ángulo nasolabial global para hombres y mujeres de la edad entre 20 y 30 años fue de 100,96°, siendo la medida mínima 74° y la máxima 136°. En cuanto al sexo, en hombres el promedio fue de 98,43° con una mínima de 74° y una máxima de 136° y para mujeres el promedio fue de 102,42° con un mínimo de 85° y un máximo de 119°.

Para (Mendoza, 2021) el  ángulo nasolabial es de los más importantes en la medicina estética, sobre todo para tratamientos como la rinoplastía que muchas veces pueden tener deficiencias ya que existen variantes anatómicas. Ellos destacan que las variantes como la angulación de los incisivos o labios prominentes en individuos son más notorias en etnias afrodescendientes por lo que se debería de tener en cuenta este punto para evitar errores al momento de planes quirúrgicos de modificación de la rotación nasal. Esto lo comprueba (Brock et al., 2005) en su estudio que comparó pacientes blancos con afroamericanos, reportando un espesor básico labial en afroamericanos de 15,07mm  y en blancos de 13,57 mm, en cuanto al espesor con el incisivo superior y el labio fue de 12,5 y 11,05 mm para afroamericanos y blancos respectivamente.

En cuanto al ángulo interincisal (Uzuner et al., 2019) encontró valores de 129,03º para hombres y 130,99 º para mujeres  Clase II, presentando diferencias en comparación a los resultados del presente estudio ya que en individuos hombres Clase II presentó una media  123,20º  y  para mujeres Clase II 126,13º ambas por debajo de los resultados del estudio, además de que mostraban correlaciones significativamente positivas entre el ángulo interincisal y la sobremordida en todos los grupos.

Los pacientes clasificados como Clase I (Uzuner et al., 2019), presentó valores para hombres de 143,17° y para mujeres 141,77° diferentes también ya que el presente estudio arroja valores muy diferentes como 127,66° y 125,90° respectivamente. Incluso si comparamos resultados con análisis realizados en tomografías como (Lessa et al.,2021) en la que su muestra consistió en 3 grupos de 15 imágenes de cada patrón esquelético (Clases I: 120,71°, Clase II: 113,25° y Clase III: 128,57°) se evidencia también valores inferiores en el promedio en comparación al presente estudio: Clase I de 126,95°, Clase II de 124,88° y Clase III de 132,31°.

Así mismo, (Ahmad Hussein & Mois, 2007) observaron  que el ángulo interincisal presentó una media menor que la utilizada en el sistema de software de análisis Nemotec. El 39% de la muestra presentaba un ángulo interincisal inferior a 124° lo que indicaba una tendencia hacia una mayor proclinación incisiva entre los palestinos. En comparación a nuestros resultados según la media ningún grupo presentó valores menores a 124° si no que fueron mayores, sobre todo los individuos Clase III con una media de 132,31 °.  Sin embargo, cuando se dividieron las medias para los hombres y las mujeres, Hussein menciona que la media del ángulo interincisal para el grupo masculino mostró un rango más normal en comparación con la media del grupo femenino, que presentaba un ángulo interincisal disminuido.

Esto indica que las mujeres de la población palestina tienden a tener más proclinación incisal que los hombres, que tienden a tener una proclinación más normal.  En el estudio se muestra que tenemos variaciones en cuanto a las Clases esqueletales por ejemplo en los pacientes Clase I vemos que  las mujeres presentan una media de 125,90°  teniendo mayor proinclinación que los hombres. En la Clase II tenemos lo contrario, aquí los hombres presentan una media de 123,2°, es decir, mayor proinclinación que las mujeres, valores diferentes a la población palestina. Por otra parte los pacientes Clase III muestran angulaciones de 133,71°  y las mujeres 128,12°, es decir valores que se acercan a la norma aunque exista una diferencia aproximada de 5°. (Figura 2)

Cabe recalcar que el análisis de las radiografías fue mediante el programa WebCeph de manera semiautomática para evitar sesgos que se producen cuando se utiliza de manera automática tal y como lo recomienda (Yassir et al., 2022) que se debe tener precaución junto con controles visuales por parte de un médico.  (Çoban et al., 2022) muestra en su estudio en la que comparó Webceph con Dolphing Imaging que ambos softwares tienen inconsistencias en algunas medidas aunque no todas fueron clínicamente significativas y que el método de análisis cefalométrico basado en IA debe desarrollarse para oclusiones más específicas.  Los resultados del estudio fueron diferentes en comparación a los resultados de los artículos citados tanto en el ángulo interincisal y el ángulo nasolabial por lo que creemos que es necesario seguir con las investigaciones para la actualización de medidas que sean aplicables a nuestra población y para mejorar los software de diagnóstico para una ortodoncia segura.

 

Gráfico, Gráfico de líneas

Descripción generada automáticamente

Figura 2. Medidas del Angulo Interincisivo clasificadas por sexo y patrón esqueletal. Elaboración: Los autores.

 

 

CONCLUSIÓN

Se evidencia una diferencia significativa del ángulo nasolabial para el sexo, es decir que la comparación por pares mostró que fue mayor ángulo nasolabial para las mujeres en relación con los hombres. Por otra parte el ángulo interincisivo indicó una diferencia significativa con el patrón esqueletal, fue mayor el ángulo para la Clase III, que en la Clase II. La interacción del sexo y el patrón esqueletal no fue significativo para el ángulo interincisal y el nasolabial.

 

 

 

CONFLICTO DE INTERÉS

Los autores declaran que no tienen conflicto de interés en la publicación de este artículo.

 

FINANCIAMIENTO

No monetario.

 

AGRADECIMIENTO

A todos los agentes sociales involucrados en el proceso investigativo.

 

REFERENCIAS CONSULTADAS

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