INTRODUCCIÓN
El presente estudio constituye un aporte para comenzar un nuevo desafío educativo; es decir, educar en y para la diversidad. Esto se debe a los procesos de integración de los estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE) asociadas o no con discapacidad y el concepto de educación inclusiva. La educación basada en los derechos humanos, el respeto y la aceptación de las diferencias individuales es el lugar adecuado que ayuda a desarrollar las competencias sociales, motoras y cognitivas necesarias para mejorar la calidad de vida. Todo ello supone hacer referencia a la educación inclusiva. Según Armada et al. (2013):
La educación inclusiva supone la transformación de los entornos educativos para dar repuestas apropiadas a las necesidades de todo del alumnado, siendo su principal objetivo que docentes y discentes entiendan la diversidad del alumnado como una oportunidad de enriquecimiento personal académico y profesional para todos y todas. (p. 107)
De esta forma, adaptarse a las dinámicas de la sociedad actual, nos obliga a destacar la necesidad y la urgencia de transformar los estilos de enseñanza y el sistema educativo en general. Para que esta transformación se haga realidad, Martos y Valencia (2016) propone:
Ante esta tesitura, la inclusión plantea la necesidad de repensar nuestra actividad docente, ya que no se trata de introducir a una persona con diversidad funcional en nuestras sesiones de siempre, sino de tener en cuenta las necesidades de todo el alumnado previamente al diseño de nuestras actividades. (p. 171)
En atención a lo expuesto, los educadores, en especial, de Educación Física, deben tener claro que el objetivo de la educación inclusiva y los procedimientos para integrar a los estudiantes con NEE asociados o no con discapacidades, tienen la oportunidad de fomentar y poner en práctica los valores sociales, educativos y culturales necesarios para crear una sociedad inclusiva en la que las diferencias se aceptan y respetan. Sin embargo, Mendoza (2008) refiere la existencia de barreras a superar aludiendo lo siguiente:
Los mayores obstáculos y dificultades que señalan los docentes para la aplicación de la inclusión educativa alude a la falta de recursos materiales y personales, a la heterogeneidad de los alumnos en los grupos de clase y a la falta de preparación para la atención a la diversidad, provocando todo ello un amplio malestar entre el profesorado. (p. 269)
Por su parte, Gómez et al. (2019) agrega que, debido a la falta de recursos pedagógicos, la inclusión de niños con discapacidad en la Educación Física ha constituido un desafío para los educadores. Para solucionarlo, Parra y Peñas (2015) proponen que “…la respuesta a la discapacidad debe darse sobre ambos componentes, persona-ambiente, potenciando los recursos de la persona y garantizando un contexto inclusivo”. (p. 333)
En este respecto, el deporte inclusivo debe basarse en el principio de adaptación de todos los niños, niñas y adolescentes a los espacios, independientemente de sus condiciones físicas, intelectuales, emocionales, lingüísticas o de otra índole. Para que la inclusión sea favorable, no se debe sólo integrar al niño, niña o adolescente al espacio de acción, sino que constituye un llamado a los educadores para el ajuste de sus recursos y prácticas. Jiménez y Hernández (2013) sugieren:
Para ello, uno de los procesos más relevantes que deben tener lugar, no sólo para profundizar en el conocimiento de las personas con discapacidad y la actividad física adaptada, sino para sensibilizar, promover, organizar y poner en práctica acciones y programas de calidad, es la continua mejora de la formación de los profesionales que deben contribuir a hacer realidad las acciones señaladas en los documentos y declaraciones oficiales. (p. 473)
Cabe acotar que, en la clase de Educación Física Regular, la inclusión significa que los estudiantes con discapacidad son colocados en programas de Educación Física regular desde el inicio. Estos estudiantes no son vistos como invitados sino como seres activos dentro de la clase. Además, ellos no son considerados como individuos con discapacidades; en su lugar, son vistos como un simple alumno en la clase que debe moverse y aprender diferentemente de sus compañeros. La clase de educación física inclusiva es aquella en donde los individuos no son escondidos o ridiculizados; pero en su lugar se comparte con otros que respetan cada una de sus limitaciones y habilidades únicas. De la Cruz (2020) expresan que:
Los estudios recientes sobre inclusión hacen hincapié en lo que la escuela debe promover para garantizar atención y participación de todos los estudiantes, sin importar sus características, y dejan de centrar la discusión en aquello que los estudiantes no tienen o no hacen. (p. 2)
Bajo esta concepción, se percibe la discapacidad con una nueva visión inclusiva, donde los aprendices son considerados talentosos en diversas habilidades. En esta línea, Pérez et al. (2012) declara que: “este nuevo enfoque de la discapacidad remarca la importancia de la evaluación de las capacidades, más que las limitaciones de las personas, e incorpora el factor ambiental como determinante de la salud a todos los niveles”. (p. 215)
Por lo tanto, los niños, niñas y adolescentes que se educan y disfrutan del deporte y la recreación junto a sus pares en un ambiente al aire libre y armónico, tienen muchas más posibilidades de formar parte de los miembros activos, unidos y productivos de la colectividad y de ser integrados en sus comunidades. El Deporte para Todos es, por su enfoque, inclusivo, por cuanto supone que todo ser humano tiene derecho a ser parte de una sociedad con igualdad de condiciones en los distintos ambientes y tareas que planifiquen los docentes Educación Física. En este particular, cabe citar a Gómez et al. (2007), quienes precisan lo que sigue:
Son numerosos los argumentos que posicionan la actividad física como un elemento indispensable para mejorar la calidad de vida y el mantenimiento de la salud, pero más aún entre los discapacitados que sufren una vida más sedentaria, faltos de estimulación e inseguros, en una sociedad que aún ha de adquirir una mayor concienciación. (p. 37)
Ser diferente es normal y aunque parezca sencillo, no siempre se logra la verdadera inclusión en los programas y actividades que se organizan, pues inconscientemente se establecen diferencias discriminatorias, que limitan en la práctica, la inserción social, por lo que educar en este principio resulta de vital importancia. Por ende, según Muñoz et al. (2017): “Uno de los retos profesionales que tenemos es proporcionar servicios y apoyos tanto en el ocio como en el deporte favoreciendo contextos integrados, normalizados e inclusivos que dan lugar a situaciones que fomentan el crecimiento y el desarrollo personal”. (p. 151) De igual manera, para Ossa et al. (2014):
En la actualidad, la inclusión escolar es uno de los grandes pasos que está dando la educación a nivel mundial, pues surge como proceso de equiparación de oportunidades para personas que han sufrido grandes exclusiones en muchos ámbitos, en particular, en relación con la pobreza, la discapacidad, género, etnia, entre otras. (p. 2)
Para la UNICEF (s/f), el objetivo del deporte inclusivo mejorar los procesos de integración desde la escuela, utilizando el deporte como herramienta educativa y transformadora en su concepción inclusiva y formadora de valores. En este proceso, es necesaria la capacitación de niños, niñas y adolescentes, así como de todo el personal docente y no docente para la labor y actitud cotidiana desde este enfoque. En este empeño participan de conjunto, el Ministerio de Educación y las organizaciones estudiantiles, de manera que todos y todas, en igualdad de condiciones y oportunidades, disfruten de los espacios y actividades que se programan. Por esta razón, Romero y Lauretti (2006) alegan lo siguiente: “Las experiencias en la práctica docente, a pesar de ser puntuales, representan el proceso donde la sensibilización y el acuerdo consensuado de todos los actores de la comunidad se considera eje fundamental”. (p. 347) Desde la perspectiva de Sánchez y Robles (2013): “la educación inclusiva está relacionada con que todo el alumnado sea aceptado, valorado, reconocido en su singularidad, independientemente de su procedencia o características psico-emocionales, etnia o cultura”. (p. 25)
De acuerdo con lo antes dicho, vale acotar que muchos son los beneficios de la inclusión de los niños con discapacidades a las clases regulares; por ejemplo, los estudiantes con discapacidades tienen más comportamientos normales y acciones naturales que los que reciben en clases apartadas. En este marco, Viloria (2016) expresa: “la integración escolar implica valorar las diferencias y respetar la diversidad en el aula, por tanto, la escuela regular debe aprender a trabajar con niños con discapacidad y la escuela especial debe apoyarla y acompañarla en ese reto”. (p. 104)
Yupanqui et al. (2014) sugiere que: “los diversos profesionales deberían conocer, sensibilizarse y comprometerse frente a la perspectiva de inclusión de las personas con discapacidad”. (p. 112)
Uno de los grandes problemas que existen en los programas inclusivos es la concepción errónea que todos los estudiantes deben adaptarse al currículo regular; por este motivo, los estudiantes con discapacidades son puestos en los programas regulares, pero sin ningún tipo de apoyo. Ante esta situación, el apoyo comprendería un currículum adaptado a las necesidades, un equipo especializado, una instrucción especial, personal como voluntario, asistentes, y especialistas en enseñanza especial. En esencia, toda aquella asistencia que el niño utilizaba cuando estaba en un sistema segregado.
Para Ozols Rosales (2009) lo anterior es oportuno debido a que el currículo existente no es apropiado para todos los estudiantes con discapacidades. En algunos casos, el currículo debe ser adaptado para satisfacer los objetivos únicos y las necesidades de aprendizaje del estudiante. Por ejemplo, si se está trabajando con gimnasia y se requiere enseñar a los alumnos el equilibrio, un alumno con parálisis cerebral probablemente tendrá problemas ejecutando actividades típicas de gimnasia, no obstante, se puede trabajar en destrezas de equilibrio, rollos y conceptos de movimiento, pero de forma diferente a los compañeros. Este estudiante, por ejemplo, puede trabajar en un equilibrio simple mientras sus compañeros trabajan movimientos más complejos. El estudiante con discapacidad trabajaría independientemente en rodar de estómago a espalda y ponerse de pie, mientras los otros estudiantes trabajarían en rollos al frente y atrás.
Aquí se podría observar que todos estarían trabajando en el mismo objetivo básico de educación física (control del movimiento) y aprenderían juntos con la misma unidad de educación física, pero su desempeño puede ser evaluado mediante objetivos diferentes dentro del currículo.
En algunos casos, la unidad específica no va de acuerdo al estudiante, pero se pueden trabajar los mismos contenidos sólo que con diferentes actividades. En concreto, si se desea enseñar baloncesto a un grupo de educación física y se tiene un niño con deficiencia visual, se le pueden enseñar las mismas destrezas que él adquiriría con esta unidad, por ejemplo: recibir, tirar, lanzar, avanzar con el balón de manera sencilla; asimismo, en el softbol, donde también podría recibir, tirar, y avanzar con el balón (al golpear). Por lo tanto, se enseñaría las mismas destrezas sólo que con diferente deporte, esto con el fin de brindar una educación más beneficiosa para él.
Generalmente, los profesores de educación física determinarían las actividades a realizar dependiendo del currículo de Educación Física, el equipo que utilizarían y el ambiente propicio para la enseñanza.
Se entiende aquí la necesidad de enseñar destrezas en ambientes reales y no artificiales porque el proceso de aprendizaje-enseñanza involucra la generalización de una destreza aprendida a otro ambiente más real. Pero dependiendo de la discapacidad, el joven puede o no ajustarse al cambio de entorno. Cuando se pretende realizar un programa para la comunidad, se debe tener una idea clara de los recursos con los cuales se cuenta, especialmente, en las recreativas apropiadas para los estudiantes con discapacidades.
Cabe acotar que muchos estudiantes con discapacidades pueden no ser capaces de participar en las clases de educación física independientemente. Sin embargo, con asistencia, el uso del equipo adaptado y cambios en el juego, pueden todos integrarse. Proveer asistencia y adaptaciones a los estudiantes con discapacidades, les brinda la oportunidad de participar en actividades apropiadas a sus edades y condiciones.
Por todo lo expuesto, el presente artículo se planteó como propósito comprender la Educación física como herramienta para la promoción de la integración de niños con discapacidad, a fin de profundizar en esta realidad de la mano de sus docentes, quienes, junto con los estudiantes, juegan un rol protagónico en el tema de la inclusión.
MÉTODO
El presente trabajo tuvo un enfoque cualitativo bajo el método etnográfico, por cuanto permitió valorar el trabajo docente y la participación estudiantil en la inclusión a través del movimiento en la Educación Física como herramienta para la promoción de la integración de niños con discapacidad. Además, se empleó el método analítico- bibliográfico, por cuanto se interpretó la literatura que sustentó el estudio. También se reflexionó sobre la temática del objeto de estudio, ayudando a obtener conclusiones reales desde un enfoque general. Los informantes clave lo conformaron 16 docentes de Educación Física, quienes atendieron a 40 estudiantes con NEE de 8vo a 10mo año de básica superior del distrito 13D02 Manta, Montecristi y Jaramijo.
Como técnica, se empleó la observación participante y la entrevista a profundidad; de igual modo, como instrumento se empleó el guion de preguntas.
RESULTADOS
Los resultados que a continuación son presentados se sustentan en aspectos tales como: políticas de inclusión, beneficios de la Educación Física, relación educación física-expresión corporal-aprendizaje cooperativo, valoración de la participación activa de los niños con discapacidad y la adaptación de las actividades de Educación Física a las necesidades especiales.
Figura 1. Políticas de inclusión.
Elaboración: Los autores.
En la figura 1 se puede evidenciar la opinión docente sobre las políticas de inclusión, donde los mismos consideran conveniente la integración de leyes, reglamentos y normas escolares enfocados en el bienestar de los estudiantes con discapacidad, a fin de contar con un parámetro preciso que sirva de fundamento para ofrecer una enseñanza apropiada y permitan, a su vez, mantenerlos saludables, seguros y autónomos.
Esta apreciación coincide con De la Cruz (2020, p. 13), quien afirma lo siguiente: “se trata de políticas educativas de afirmación positiva para que, desde los aspectos educativos y sociales, aseguren oportunidades de aprendizaje para todos los estudiantes”.
Figura 2. Beneficios de la Educación Física.
Elaboración: Los autores.
Según la figura 2, los docentes opinaron que la ejecución de actividades deportivas en Educación Física, ajustadas a las necesidades de los estudiantes con discapacidad, favorecieron el estado de ánimo de los estudiantes, por cuanto los mismos tuvieron la oportunidad de tomar decisiones y trabajar espontáneamente tanto de forma individual como grupal manteniendo el debido respeto.
Estos aportes concuerdan con Muñoz et al. (2017), quienes afirman que “el deporte tiene la llave para mejorar el estado emocional de las personas con discapacidad debido a que mejora la autoestima a la superación del logro”. (p. 147) Por otro lado, Martos y Valencia (2016) aseveran que “para muchos niños y niñas, la clase de Educación Física supone una primera toma de contacto con las actividades físicas y los juegos motrices cuando fuera de la escuela no tienen la oportunidad de practicarlas”. (p. 163)
Por último, Gómez et al. (2019) afirman que “la Educación Física para las y los escolares con Necesidades Educativas Especiales se sirve del juego y del deporte como instrumentos de comunicación, relación y expresión”. (p. 86)
Figura 3. Relación entre la educación física,expresión corporal y aprendizaje cooperativo.
Elaboración: Los autores.
La figura 3 demuestra el acuerdo docente con respecto a la relación positiva entre la educación física, la expresión corporal y el aprendizaje cooperativo, por cuanto esta implica la realización de actividades motoras variadas que promueven la motivación estudiantil e impulsan el trabajo en equipo mediante juegos y competencias.
Tal visión es cónsona con Armada et al. (2013) al señalar que: “la relación existente entre la Educación Física, y en concreto la Expresión Corporal, y el aprendizaje cooperativo, se encuentra implícita en la propia práctica de juegos y propuestas que, debido a su naturaleza, permiten al alumnado desarrollar actitudes cooperativas”. (p. 108)
Figura 4. Valoración de la participación activa de los niños con discapacidad.
Elaboración: Los autores.
La figura 4 muestra la valoración docente sobre de la participación activa de los niños con discapacidad, donde se precisa la importancia de considerar el proceso de aprendizaje más que el producto. Los docentes observaron un desenvolvimiento óptimo y espontáneo de los estudiantes sin importar la obtención de una calificación. Este resultado corresponde con Gómez et al. (2007) quienes expresan que se debe apreciar el avance del proceso formativo más que el resultado del mismo, a fin de fomentar la participación activa de los estudiantes mediante los juegos y su interacción mutua.
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Figura 5. Adaptación de las actividades de Educación Física a las NEE.
Elaboración: Los autores.
En la figura 5, los docentes estiman necesaria la adaptación de las actividades de Educación Física a las necesidades especiales, por cuanto a través de este ajuste, se hace posible la selección de las actividades acordes a las condiciones físicas de los aprendices, permitiendo así que los mismos disfruten sus momentos de práctica motora de manera armónica en lugar de sentirse incómodos. Esta apreciación sigue la línea de Jiménez y Hernández (2013) quienes declaran que la habilidad para adaptar las actividades y tareas a las necesidades educativas específicas del alumnado en la clase de EF complementaría y pondrían en situación de intervención real las propias adaptaciones curriculares.
CONCLUSIONES
La integración educativa de los alumnos y las alumnas con NEE asociadas o no a la discapacidad se ha ido enriqueciendo con el paso del tiempo, sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer.
La experiencia muestra que se han logrado cambios en aquellos entornos educativos en los que los docentes han mostrado una actitud positiva y flexible ante la diversidad, donde se fomenta el análisis de las situaciones y la búsqueda de soluciones de manera colaborativa, poniéndose como referente principal el respeto al individuo como tal, para el enriquecimiento de la sociedad ante la atención a la diversidad.
Es tarea prioritaria que los y las docentes en general, reciban la capacitación pertinente para poder adecuar los objetivos, contenidos y metodologías a las particularidades de sus estudiantes con NEE asociadas o no a una discapacidad. En el caso de la educación física en particular, se busca desarrollar y fortalecer en los educandos sus competencias físicas, motoras y espaciales, promoviendo de esta manera, el desarrollo de una condición física saludable y el alcance de la autonomía personal, así como el empleo del tiempo libre y de ocio en actividades físicas que les permita lograr una mejor calidad de vida. Todo programa de educación física adaptado va dirigido a mejorar la integración, la independencia y el disfrute de las personas con NEE. Los ejercicios, juegos y/o actividades se modifican a las necesidades individuales o colectivas de los estudiantes, logrando que el currículo se cumpla al mejorar la eficiencia física, estimular el desarrollo de las destrezas motoras gruesas y finas y brindar, finalmente, ese sentido de independencia, competencia y disciplina en los alumnos y alumnas que tienen la oportunidad de participar en la integración, la equidad y la inclusión educativa.
La filosofía de la inclusión educativa debe convertirse en un eje transversal de un sistema educativo innovador, ya que esta persigue llevar a cabo una acción transformadora, equitativa y armónica cónsona con las políticas de integración y unión.
En resumen, resaltando la esencia de los resultados obtenidos, el presente estudio constituyó un aporte significativo al área de la Educación Física en su enfoque inclusivo, por cuanto consolidó una concepción distinta a la que estamos acostumbrados en las escuelas, ofreciendo una metodología dinámica sustentada en leyes, reglamentos y normas escolares fundadas en el bienestar de los estudiantes con discapacidad. El propósito a lograr se cimenta en la necesidad de brindar una enseñanza ajustada a sus necesidades y en función de mantenerlos saludables, seguros y autónomos.
En las opiniones presentadas por los docentes, se señala que la realización de actividades deportivas en Educación Física sustentadas en las necesidades de los estudiantes con discapacidad, beneficiaron la motivación de los mismos para tomar decisiones y desenvolverse naturalmente individual y grupalmente.
Asimismo, la relación entre la Educación Física, la expresión corporal y el aprendizaje cooperativo resultó ser positiva, debido a que se fomentó el desarrollo motriz en cada tarea lúdica o competitiva.
Por otro lado, en cuanto a la valoración docente sobre de la participación activa de los niños con discapacidad, se pudo apreciar la relevancia del hacer más que del logro, debido a que los estudiantes mostraron tanto interés hacia las actividades que olvidaron si eran evaluados por el educador.
Finalmente, los docentes consideran necesaria la adaptación de las actividades de Educación Física a las necesidades especiales, puesto que permite seleccionar las prácticas congruentes con las condiciones físicas de los estudiantes, llevándolas a cabo de manera placentera.
FINANCIAMIENTO
No monetario.
AGRADECIMIENTO
A todos los agentes sociales involucrados en el desarrollo de la investigación.
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