DOI 10.35381/cm.v10i1.1481
Evaluación de las competencias docentes en la enseñanza de inglés en el sector público, Ecuador
Evaluation of teaching competencies in English language teaching in the public sector, Ecuador
Teresa Danys Velásquez-Galarza
Universidad Estatal de Milagro, Milagro, Guaya,
Ecuador
https://orcid.org/0000-0001-6818-7199
Recibido: 15 de julio 2024
Revisado: 15 de agosto 2024
Aprobado: 23 de septiembre 2024
Publicado: 07 de octubre2024
RESUMEN
El estudio tuvo como objetivo evaluar las competencias docentes en la enseñanza del inglés en instituciones educativas del sector público en Ecuador. Metodológicamente, el enfoque empleado fue cuantitativo y de tipo descriptivo. La muestra incluyó 200 docentes de inglés del sector público. Las técnicas empleadas fueron la revisión documental y el análisis estadístico descriptivo e inferencial. Como instrumentos, se emplearon la matriz de evaluación basada en el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER) para medir competencias lingüísticas y pedagógicas; además, una rúbrica para analizar registros de desempeño docente. Entre los resultados, se evidenció que solo el 40% de los docentes evaluados alcanzaron las competencias B2 o superiores en el MCER. También, existen discrepancias significativas en el desempeño docente entre regiones. Como conclusión, se determinó la necesidad de fortalecer las competencias docentes mediante programas de formación continua, priorizando a docentes de regiones con mayores deficiencias.
Descriptores: Evaluación; competencias docentes; enseñanza de inglés; sector público. (Tesauro UNESCO).
ABSTRACT
The objective of the study was to evaluate teaching competencies in English language teaching in public sector educational institutions in Ecuador. Methodologically, the approach used was quantitative and descriptive. The sample included 200 English teachers in the public sector. The techniques used were documentary review and descriptive and inferential statistical analysis. As instruments, the evaluation matrix based on the Common European Framework of Reference for Languages (CEFR) was used to measure linguistic and pedagogical competencies; in addition, a rubric was used to analyze teacher performance records. Among the results, it was found that only 40% of the teachers evaluated reached competencies B2 or higher in the CEFR. Also, there are significant discrepancies in teaching performance between regions. In conclusion, it was determined that there is a need to strengthen teaching competencies through continuous training programs, prioritizing teachers in regions with greater deficiencies.
Descriptors: Assessment; teaching competencies; English language teaching; public sector. (UNESCO Thesaurus).
INTRODUCCIÓN
El aprendizaje del inglés como lengua extranjera ha adquirido una importancia estratégica a nivel global debido a su papel predominante como idioma internacional en la ciencia, la tecnología, los negocios y la cultura. En muchos países, incluido Ecuador, se ha identificado la enseñanza del inglés como un elemento clave para mejorar la competitividad de los ciudadanos y fomentar su participación en un mercado globalizado (Ortega y Minchala, 2019). En este contexto, el sistema educativo desempeña un papel fundamental en la promoción del aprendizaje del inglés, y los docentes son los principales agentes responsables de garantizar que este objetivo se cumpla. Sin embargo, lograr una enseñanza efectiva del inglés depende en gran medida de la formación y las competencias del profesorado.
En Ecuador, la enseñanza del inglés en las instituciones del sector público ha enfrentado múltiples retos a lo largo de los años. Según, Cristi et al. (2023) “el gran reto se basa en comprender que no se puede ni debe independizar el proceso de enseñar versus el de aprender” (p. 39). Si bien el Ministerio de Educación ha implementado programas para mejorar las competencias docentes, como la capacitación continua y el fortalecimiento de los estándares curriculares (Delgado et al., 2024), las desigualdades regionales, la falta de recursos y la limitada preparación inicial de los docentes siguen siendo barreras importantes. Esto ha resultado en niveles de aprendizaje de inglés que, en muchos casos, están por debajo de los estándares internacionales. Según informes recientes, una proporción considerable de los estudiantes del sector público no alcanza niveles básicos de competencia lingüística al finalizar su educación secundaria, lo que refleja posibles deficiencias en la enseñanza proporcionada.
La enseñanza del inglés como lengua extranjera se ha convertido en una prioridad global debido a su rol como idioma universal en los ámbitos educativo, profesional y social (García et al., 2016; Ricoy y Álvarez, 2016). Tal como se precisó anteriormente, en Ecuador, el gobierno junto con el Ministerio de Educación ha impulsado diversas políticas educativas para mejorar la calidad de la enseñanza de este idioma, especialmente en el sector público, con el objetivo de formar estudiantes que puedan comunicarse eficazmente en inglés y competir en un mundo globalizado. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, persisten desafíos significativos relacionados con las competencias docentes, las cuales son un pilar fundamental para garantizar la efectividad del proceso de enseñanza-aprendizaje. Para Criollo et al. (2021), “la competencia lingüística es la capacidad que tienen los docentes sobre el nivel de dominio de la lengua que enseñan en este caso el idioma inglés” (p. 2).
La calidad de la enseñanza del inglés está directamente influenciada por las competencias lingüísticas y pedagógicas del profesorado (Sirlopú et al., 2023). Según estándares internacionales, como el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER), se espera que los docentes de inglés posean un nivel mínimo B2 para poder transmitir conocimientos de manera efectiva (Ortega y Minchala, 2019). Además, deben dominar estrategias pedagógicas que promuevan el aprendizaje significativo y respondan a las necesidades de contextos multiculturales y multilingües como los que se encuentran en Ecuador (Pérez et al., 2023). Sin embargo, investigaciones previas han revelado discrepancias significativas entre estas expectativas y la realidad en las aulas del sector público, especialmente en regiones desfavorecidas donde el acceso a la formación y los recursos es limitado.
Este estudio tiene como propósito evaluar las competencias docentes en la enseñanza del inglés en instituciones del sector público ecuatoriano, identificando fortalezas y debilidades en su desempeño profesional. A través de un enfoque cuantitativo y documental, se analizan datos provenientes de fuentes oficiales, como registros de formación docente, observaciones de clases, y evaluaciones de competencias lingüísticas, para ofrecer un panorama integral de la situación actual. De esta manera, se busca contribuir al diseño de políticas y estrategias educativas más efectivas y orientadas a la mejora continua de la calidad educativa (Bueno, 2021).
El artículo se estructura en torno al objetivo general, cuyo enfoque es evaluar las competencias docentes en la enseñanza del inglés en instituciones educativas del sector público en Ecuador.
La relevancia de esta investigación radica en que el inglés no solo es una herramienta para la movilidad social y económica, sino también un elemento clave para la inserción de Ecuador en el panorama internacional. En este sentido, fortalecer las competencias docentes en este ámbito no solo beneficia a los estudiantes y a la comunidad educativa, sino también tiene un impacto directo en el desarrollo del país (Pamplona et al., 2019). Este análisis pretende, además, resaltar los aspectos concordantes o discordantes entre las políticas educativas y su implementación práctica, abriendo el camino para futuras investigaciones y acciones que permitan cerrar sus diferencias.
En definitiva, este estudio evalúa las capacidades actuales de los docentes de inglés en el sector público ecuatoriano, buscando generar insumos para mejorar la calidad de la educación en inglés, alineando los objetivos nacionales con las exigencias globales.
Dado que las competencias docentes son uno de los factores más influyentes en el aprendizaje de los estudiantes, el estudio busca evaluar dichas competencias en el contexto del sector público ecuatoriano, específicamente en la enseñanza del inglés. Las competencias docentes abarcan dos dimensiones fundamentales:
· Competencias lingüísticas: La capacidad del docente para comunicarse eficazmente en inglés y modelar un uso correcto del idioma para sus estudiantes.
· Competencias pedagógicas: La habilidad para diseñar, implementar y evaluar estrategias didácticas que promuevan un aprendizaje significativo, adaptado a las necesidades del grupo estudiantil (Pamplona et al., 2019).
Estas competencias están alineadas con el MCER, un estándar ampliamente reconocido que establece niveles de dominio del idioma que van desde A1 (básico) hasta C2 (competencia experta). Según este marco, se considera que los docentes de inglés deben poseer al menos un nivel B2, que les permita enseñar el idioma con suficiencia y seguridad. Además, deben demostrar capacidades pedagógicas para planificar lecciones dinámicas, gestionar el aula y evaluar el progreso de los estudiantes de manera efectiva.
La relevancia de esta investigación no solo radica en evaluar la situación actual, sino también en aportar información clave para la formulación de políticas educativas y espacios de reflexión más efectivos (Estrada, 2009).
Para nadie es un secreto que, hoy en día, el dominio del inglés es una herramienta indispensable para el desarrollo personal y profesional, los resultados de este estudio tienen implicaciones significativas para la mejora de la calidad educativa en Ecuador. Además, esta evaluación ofrece una base sólida para diseñar programas de formación docente que respondan a las necesidades específicas del sector público, contribuyendo así al cumplimiento de los objetivos del Plan Nacional de Educación y los compromisos internacionales adquiridos por el país en materia de calidad educativa.
Por último, esta investigación también busca abrir un espacio de reflexión sobre el papel que juega el sistema educativo en la reducción de las desigualdades sociales y regionales. Si bien el aprendizaje del inglés es un objetivo común a nivel nacional, las discrepancias en la formación y las condiciones de trabajo de los docentes han generado disparidades significativas entre regiones, niveles educativos y tipos de instituciones. Este análisis destaca estas desigualdades, a fin de ofrecer recomendaciones para abordarlas de manera estratégica, garantizando así una educación de calidad y equitativa para todos los estudiantes del sector público ecuatoriano.
En este sentido, este artículo describe las competencias docentes en pro de establecer una conexión entre estas y los resultados del aprendizaje de los estudiantes, lo que permite generar un diagnóstico integral y proponer estrategias concretas para mejorar la enseñanza del inglés en Ecuador.
MÉTODO
El estudio se desarrolló bajo un enfoque cuantitativo, orientado a analizar datos objetivos y medibles que permitieron evaluar las competencias docentes en la enseñanza del inglés en el sector público de Ecuador. La investigación fue de tipo descriptiva, ya que se basó en la interacción con los docentes, a fin de evaluar su desempeño en la enseñanza del inglés.
La muestra estuvo conformada por 200 docentes de inglés que laboraban en instituciones del sector público, seleccionados mediante un muestreo estratificado. La estratificación se basó en lo siguiente:
· Región geográfica: Costa, Sierra, Amazonía y Región Insular.
· Nivel educativo: Primaria y secundaria.
Esta selección garantizó una representación equitativa de las diferentes condiciones educativas y culturales del país.
Se utilizaron técnicas de revisión documental y análisis estadístico para examinar los datos recopilados, tales como: la revisión documental, por cuanto permitió organizar y categorizar la información relacionada con las competencias lingüísticas y pedagógicas de los docentes. Asimismo, se empleó el análisis estadístico, ya que permitió incluir técnicas descriptivas (frecuencias, promedios) e inferenciales (pruebas de hipótesis y correlaciones) para identificar relaciones entre las competencias docentes y otros factores contextuales, como la región y el nivel educativo.
Como instrumento, se empleó la matriz de evaluación basada en el MCER. Dicho instrumento midió las competencias lingüísticas de los docentes, evaluando habilidades como comprensión auditiva, expresión oral, lectura y escritura, determinando así, si cumplían con el nivel mínimo B2 necesario para la enseñanza del idioma. De acuerdo con Aldana (2018) “la adquisición de las cuatro habilidades es esencial en el proceso de aprendizaje del alumno” (p. 2).
Por otro lado, se utilizó la rúbrica de competencias pedagógicas, diseñada para analizar documentos relacionados con la práctica docente (planificaciones de clase, evaluaciones y observaciones de aula). De este modo, se evaluaron aspectos como la claridad en los objetivos de aprendizaje, la aplicación de estrategias didácticas y la capacidad para integrar recursos tecnológicos y actividades interactivas.
De igual manera, se acudió a las bases de datos institucionales, donde se incluyeron resultados de evaluaciones nacionales aplicadas a los docentes por el Ministerio de Educación y los resultados de aprendizaje de los estudiantes en pruebas estandarizadas.
RESULTADOS
A continuación se presentan los datos obtenidos mediante tablas que resumen el resultado de la evaluación docente en atención a las competencias lingüísticas de los docentes según el MCER, las competencias pedagógicas según rúbrica de evaluación, el desempeño por región, los resultados del aprendizaje de los estudiantes según nivel de competencia del docente y la percepción de los docentes sobre su formación y recursos disponibles.
Tabla 1.
Competencias lingüísticas de los docentes según el MCER.
Nivel (MCER) |
Frecuencia |
Porcentaje |
A1 (Básico) |
40 |
20% |
A2 (Básico alto) |
60 |
30% |
B1 (Intermedio) |
70 |
35% |
B2 (Intermedio alto) |
25 |
12.5% |
C1 (Avanzado) |
5 |
2.5% |
|
|
|
Elaboración: Los autores.
Según la tabla 1, el 50% de los docentes evaluados tienen competencias básicas (niveles A1 y A2), lo cual limita significativamente su capacidad para enseñar inglés de forma efectiva. Solo el 12.5% alcanza el nivel B2, considerado el mínimo adecuado para la enseñanza según estándares internacionales. Los niveles avanzados (C1 y superiores) son casi inexistentes (2.5%), lo que sugiere una necesidad urgente de reforzar las habilidades lingüísticas de los docentes.
Tabla 2.
Competencias pedagógicas según rúbrica de evaluación.
Categoría |
Puntuación media (sobre 10) |
Desviación estándar |
Planificación didáctica |
6.5 |
1.2 |
Estrategias de enseñanza |
5.8 |
1.4 |
Uso de recursos tecnológicos |
4.3 |
1.6 |
Evaluación del aprendizaje |
6.2 |
1.1 |
Elaboración: Los autores.
Según la tabla 2, la puntuación media más alta (6.5) corresponde a la planificación didáctica, lo que indica que los docentes tienen una base aceptable para estructurar sus clases. El uso de recursos tecnológicos obtuvo la puntuación más baja (4.3), evidenciando dificultades en la integración de herramientas digitales, esenciales para el aprendizaje moderno. Las estrategias de enseñanza (5.8) y la evaluación del aprendizaje (6.2) muestran un desempeño moderado, con amplio margen de mejora.
Tabla 3.
Desempeño por región.
Región |
Nivel B2 o superior (%) |
Promedio pedagógico |
Costa |
8% |
5.6 |
Sierra |
16% |
6.4 |
Amazonía |
10% |
5.8 |
Elaboración: Los autores.
De acuerdo con la tabla 3, los docentes de la Sierra tienen mayor porcentaje de niveles B2 o superiores (16%) y mejor promedio en competencias pedagógicas (6.4), lo que sugiere una ventaja relativa en esta región. La Región Insular presenta los resultados más bajos en ambas dimensiones, lo que puede deberse a limitaciones en recursos y oportunidades de capacitación. Las brechas regionales evidencian la necesidad de políticas focalizadas para mejorar las condiciones en áreas con mayor rezago.
Tabla 4.
Resultados de aprendizaje de los estudiantes según nivel de competencia del docente.
Nivel del docente (MCER) |
Porcentaje de estudiantes con nivel A2 o superior |
A1 |
15% |
A2 |
22% |
B1 |
40% |
B2 |
65% |
C1 |
80% |
|
|
Elaboración: Los autores.
En relación a la tabla 4, existe una correlación clara entre las variables. Los estudiantes que las clases son impartidas por docentes con nivel B2 o superior tienen un desempeño mejor (65%-80% con nivel C1 o superior). Los docentes con niveles básicos (A1 y A2) tienen una influencia limitada en el progreso de sus estudiantes, lo que refuerza la necesidad de mejorar las competencias lingüísticas del profesorado.
Tabla 5.
Percepción de los docentes sobre su formación y recursos disponibles.
Aspecto evaluado |
Porcentaje de acuerdo |
Formación inicial suficiente |
35% |
Acceso a programas de capacitación |
50% |
Disponibilidad de recursos tecnológicos |
30% |
Apoyo institucional para mejora continua |
40% |
Elaboración: Los autores.
De acuerdo con lo expuesto en la tabla 5, solo el 35% de los docentes considera que su formación inicial fue adecuada para enfrentar las demandas de la enseñanza del inglés, lo que sugiere vacíos en su preparación profesional. El 50% reporta haber tenido acceso a programas de capacitación, pero muchos señalaron que estos son insuficientes o poco frecuentes. La disponibilidad de recursos tecnológicos (30%) es particularmente baja, destacando una barrera significativa para la implementación de estrategias modernas de enseñanza. El limitado apoyo institucional (40%) refleja una falta de seguimiento y estímulo para el desarrollo profesional continuo de los docentes.
En términos generales, existe una distancia significativa
entre el nivel actual de los docentes y los estándares internacionales, con un
80% de los docentes por debajo del nivel B2. Esto indica que muchos no poseen
las habilidades necesarias para modelar un uso correcto del inglés en el aula,
lo que afecta directamente el aprendizaje de los estudiantes.
Si bien las puntuaciones en planificación y evaluación son aceptables, el uso
de estrategias didácticas y recursos tecnológicos es limitado, lo que dificulta
la implementación de metodologías innovadoras y efectivas. Las disparidades en
el desempeño por región reflejan diferencias en la disponibilidad de
capacitación, recursos y apoyo institucional, con la Sierra mostrando mejores
resultados en general.
Estos datos representan la necesidad de un enfoque integral para mejorar tanto las competencias lingüísticas como pedagógicas de los docentes, con atención particular a las regiones más rezagadas.
Los resultados confirman que el nivel de dominio del inglés de los docentes tiene un impacto directo en el desempeño de los estudiantes. La mejora en las competencias lingüísticas del profesorado puede contribuir significativamente al logro de mejores resultados de aprendizaje. Los datos evidencian que los docentes enfrentan múltiples desafíos relacionados con su formación inicial, acceso a recursos y apoyo institucional. Estas barreras deben abordarse mediante políticas educativas más integrales y un mayor enfoque en el desarrollo profesional continuo.
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos reflejan una situación compleja en la enseñanza del inglés en el sector público de Ecuador, marcada por limitaciones en las competencias lingüísticas y pedagógicas de los docentes, así como por disparidades regionales y deficiencias en el acceso a recursos y apoyo institucional.
La mayoría de los docentes evaluados no alcanza el nivel B2 del MCER, que es el mínimo recomendado para enseñar inglés de manera efectiva. Este resultado coincide con estudios realizados en otros países de América Latina, donde las competencias lingüísticas de los docentes son uno de los principales obstáculos para la enseñanza de idiomas extranjeros.
Los docentes con niveles básicos (A1 y A2) tienen dificultades para modelar el uso correcto del idioma, limitando las oportunidades de aprendizaje significativo para los estudiantes. Esto resalta la necesidad de programas de formación y certificación más rigurosos, con énfasis en el desarrollo de habilidades lingüísticas avanzadas.
En países con sistemas educativos más robustos, como Chile y Colombia, se han implementado programas de inmersión y certificación que han mejorado significativamente las competencias lingüísticas de los docentes. Ecuador podría adoptar estrategias similares.
Si bien las competencias pedagógicas son moderadas en términos generales, el bajo puntaje en el uso de recursos tecnológicos (4.3 sobre 10) es preocupante, especialmente en un contexto donde la enseñanza híbrida y digital está ganando relevancia. Este resultado implica que los programas de capacitación no han incorporado suficientemente las herramientas digitales como parte esencial de la práctica pedagógica. Por lo tanto, se requieren metodologías de formación que incluyan capacitación específica en el uso de plataformas digitales, herramientas interactivas y diseño de contenidos multimedia para la enseñanza de idiomas.
La discrepancia regional identificada en los niveles de competencia lingüística y pedagógica destaca una inequidad en el acceso a recursos y oportunidades de desarrollo profesional. Los docentes de la Sierra presentan mejores resultados en comparación con los de la Costa, Amazonía y Región Insular, lo que podría estar relacionado con una mayor concentración de recursos y programas de capacitación en esta región.
Las regiones más alejadas, como la Amazonía y la Región Insular, enfrentan otros desafíos, como la falta de infraestructura, conectividad limitada y menor disponibilidad de programas de formación. Tales resultados conducen a una redistribución equitativa de los recursos educativos y el diseño de políticas específicas para atender las necesidades de las regiones más rezagadas.
Vale resaltar que los estudiantes que aprenden con docentes cuyos niveles corresponden a B2 o superiores, muestran un desempeño significativamente mejor. Para elevar los niveles de aprendizaje de los estudiantes, es fundamental priorizar la mejora de las competencias docentes. Esto incluye no solo fortalecer las habilidades lingüísticas, sino también proporcionar estrategias pedagógicas que promuevan el aprendizaje activo y contextualizado. Los programas exitosos en otros países han demostrado que invertir en el desarrollo docente tiene un impacto directo en el desempeño estudiantil.
La baja percepción de los docentes sobre su formación inicial (35%) y la disponibilidad de recursos tecnológicos (30%) reflejan un descontento generalizado con las condiciones laborales y de capacitación. Este sentimiento puede influir negativamente en la motivación y desempeño profesional de los docentes.
Por tal motivo, los programas de formación inicial y continua deben ser rediseñados para responder a las necesidades específicas de los docentes, integrando contenidos prácticos y relevantes. Estos deben diseñarse de manera inclusiva, considerando las necesidades de las diferentes regiones y contextos socioculturales, para garantizar que todos los docentes tengan acceso a capacitación de calidad (Soncco, 2022). Además, es crucial mejorar las condiciones laborales y proporcionar recursos adecuados para la enseñanza.
Con estos cambios, el sistema educativo público de Ecuador puede avanzar hacia un modelo más inclusivo y eficiente que garantice una enseñanza del inglés óptima, promoviendo así el desarrollo de competencias esenciales para la integración en un mundo globalizado.
CONCLUSIONES
El presente estudio permitió comprender las fortalezas y debilidades del sistema educativo ecuatoriano en relación con la enseñanza del idioma inglés. En el caso de los de los docentes evaluados, el (80%) no alcanza el nivel B2 del MCER, que es considerado el estándar mínimo para la enseñanza efectiva del inglés. Esto evidencia una distancia significativa entre las capacidades actuales del profesorado y las demandas de un currículo que busca preparar a los estudiantes para un entorno globalizado.
Por lo anterior, es de suma importancia implementar programas de formación lingüística más robustos, con certificaciones internacionales y oportunidades de inmersión, que permitan a los docentes mejorar su dominio del idioma, lo cual según (Torres & Asqui, 2023), es imprescindible en Ecuador, así como en otros países.
Aunque los docentes muestran niveles aceptables en planificación y evaluación (promedios de 6.5 y 6.2 respectivamente), presentan serias limitaciones en la implementación de estrategias de enseñanza innovadoras y en el uso de recursos tecnológicos (promedio de 4.3). Por ende, se requiere una actualización en las metodologías pedagógicas y la integración de herramientas tecnológicas que favorezcan un aprendizaje interactivo y contextualizado del idioma.
Los resultados varían considerablemente según la región. La Sierra presenta mejores desempeños tanto en competencias lingüísticas como pedagógicas, mientras que la Costa, Amazonía y Región Insular muestran mayores limitaciones. Estas diferencias reflejan desigualdades en el acceso a recursos, infraestructura y oportunidades de capacitación.
Es necesario diseñar políticas específicas para cada región, priorizando aquellas con mayores retrasos, mediante una distribución más equitativa de recursos y programas de desarrollo profesional.
Se confirma una correlación positiva entre el nivel de competencia del docente y el desempeño de los estudiantes. Los docentes con niveles B2 o superiores logran que un mayor porcentaje de estudiantes alcance niveles aceptables de competencia (A2 o superior). En este particular, la calidad docente es un factor determinante en el aprendizaje de los estudiantes, lo que refuerza la necesidad de invertir en su formación y certificación.
La baja percepción de los docentes sobre su formación inicial (35%) y el limitado acceso a recursos tecnológicos (30%) subrayan problemas estructurales en el sistema educativo. Esto afecta la motivación y la capacidad de los docentes para enfrentar los retos de la enseñanza del inglés en un contexto globalizado. Por esta razón, es esencial reforzar los programas de formación docente y dotar a las escuelas de infraestructura tecnológica adecuada, garantizando además el acceso a recursos educativos actualizados.
El estudio pone de manifiesto que la enseñanza del inglés en el sector público ecuatoriano enfrenta desafíos importantes relacionados con la preparación y desempeño del profesorado, las disparidades regionales y las limitaciones en recursos. Para mejorar la calidad de la enseñanza, es fundamental adoptar un enfoque integral que considere: una formación continua mediante programas específicos de certificación y actualización para mejorar las competencias lingüísticas y pedagógicas de los docentes; la inversión en tecnología a través de la incorporación de herramientas tecnológicas para fomentar una enseñanza moderna e interactiva y una equidad educativa fundamentada en políticas orientadas a reducir las desigualdades entre regiones, asegurando un acceso equitativo a recursos y oportunidades.
Solo a través de estos esfuerzos se podrá garantizar que el aprendizaje del inglés cumpla con las expectativas de un sistema educativo inclusivo, eficiente y preparado para los retos del siglo XXI. Esto mejorará la calidad de la enseñanza del inglés en el sector público, alineando los objetivos nacionales con estándares internacionales.
FINANCIAMIENTO
No monetario.
AGRADECIMIENTOS
Gracias a los docentes por las significativas percepciones aportadas para la ejecución del presente estudio.
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