DOI 10.35381/cm.v11i1.1587
Ethos culturales y competencias comunicativas en la educación rural: Perspectivas desde La Guajira, Colombia
Ethos and communicative competencies in rural education: Perspectives from La Guajira, Colombia
Kendy Caterine Vega-Cuello
Institución Educativa Rural Hugues Manuel Lacouture, San Juan del Cesar, Guajira
Colombia
https://orcid.org/0009-0006-6935-8758
Revisado: 10 de marzo 2025
Aprobado: 15 de mayo 2025
Publicado: 01 de junio 2025
RESUMEN
La presente investigación tuvo como objetivo general “analizar los ethos culturales en el desarrollo de competencias comunicativas: una mirada desde la educación rural de la Guajira”. El artículo se desplegó manejando el enfoque postpositivista con método cualitativo y estudio documental exploratorio. Como resultado, se evidenció que, la edificación de una ética civil en Colombia solo puede lograrse mediante la interrelación de la Ética, la Cultura y la Educación. La imposición de proyectos éticos y educativos que no se alinean con nuestro contexto cultural obstaculiza las relaciones entre estas tres dimensiones y genera vínculos contradictorios entre ellas. Como conclusión, se sostuvo que el ser humano tiene una necesidad inherente de comunicarse, ya sea de manera oral o escrita, considerando que es fundamental utilizar el mismo código que el receptor para asegurar la comprensión y garantizar que la información sea efectivamente aprendida.
Descriptores: Ethos cultuales; competencias comunicativas; educación rural. (Tesauro UNESCO).
ABSTRACT
The general objective of this research was "to analyze the cultural ethos in the development of communicative competencies: a view from the rural education of La Guajira". The article was developed using a post-positivist approach with a qualitative method and an exploratory documentary study. As a result, it was evidenced that the construction of a civil ethics in Colombia may only be achieved through the interrelation of Ethics, Culture and Education. The imposition of ethical and educational projects that are not aligned with our cultural context hinders the relationships between these three dimensions and generates contradictory links between them. In conclusion, it was argued that human beings have an inherent need to communicate, whether orally or in writing, considering that it is essential to use the same code as the receiver to ensure understanding and guarantee that the information is effectively learned.
Descriptors: Cultural ethos; communicative competencies; rural education. (UNESCO Thesaurus).
INTRODUCCIÓN
De acuerdo con el censo de 2017, Chile cuenta con 746.445 inmigrantes, de los cuales el 50,7% proviene de Perú (25,3%), Colombia (14,2%) y Venezuela (11,2%). Este dato indica que la inmigración de personas de países andinos y caribeños es actualmente una de las más significativas en términos de volumen y visibilidad. Esto se evidencia en la creación de territorios de enclave que se forman por motivos económicos, personales, sociales y territoriales.
Ante lo expuesto, se señala que, desde la década de 1990, Colombia comenzó a formalizar propuestas legales indirectas que buscaban abordar la crisis actual en tres áreas clave. La Constitución Política de Colombia, la Ley y Misión de Ciencia y Tecnología, la Ley 99/93 sobre Medio Ambiente, la Misión: Colombia al filo de la oportunidad, la Ley General de Educación y la Ley General de Cultura constituyen marcos legales que pretenden influir en el futuro científico, ecológico y cultural de nuestra nación. Aunque las dimensiones ética y cultural están presentes en algunos de estos documentos, se caracterizan por una reflexión incipiente, a menudo plagada de lugares comunes y grandes desafíos debido a la diversidad cultural existente en el mundo, lo cual se resume en diversidad de actitudes, ideas y sentimientos (Lei, Wong & Knowles, 2023).
Considerando lo antes mostrado, vale decir que la causa de este elemento de nuestro ethos cultural representa uno de los temas más complejos y debatidos en la filosofía y las ciencias sociales en Colombia. Al emplear la noción greco-latina de ethos (carácter, costumbres, hábitos) y cultural (cultivar), se busca no solo vincular la ética con la cultura, sino también resaltar la distinción enriquecedora entre ambas esferas. En Colombia, esta relación está profundamente justificada debido a las intensas tensiones entre la eticidad y la cultura a lo largo de la historia social; además, ni siquiera se logra entender la relevancia del significado de esa experiencia.
Los valores culturales en el municipio de San Juan del Cesar, La Guajira, se caracterizan por una notable diversidad, lo que permite una rica adquisición de conocimientos a partir de las experiencias vividas en nuestro entorno. Esta localidad posee una cultura singular, evidenciada en sus tradiciones, que se manifiestan a través de la costumbre, los sentimientos, la oralidad, los valores transmitidos por los ancianos y el folclor vallenato, donde la tradición sanjuanera se basa en la entrega del corazón.
Dentro del mismo contexto, se puede destacar, desde las competencias comunicativas, que la adquisición de habilidades comunicativas es esencial para el éxito profesional y en cualquier actividad informal, social o institucional en la que participe el ser humano frente a las demandas de una sociedad globalizada y constantemente progresiva. El ámbito educativo no es una excepción, ya que una comunicación efectiva fomenta un ambiente institucional positivo, facilita la negociación de acuerdos, promueve el trabajo en equipo, mejora las relaciones interpersonales y estimula el pensamiento crítico; es decir, todos elementos que contribuyen a la formación integral del estudiante (Molina, Lizcano, Burbano & Isea, 2025).
Ante ello, se indica que el desarrollo de habilidades comunicativas exige la intervención de agentes que contribuyan de manera adecuada a la consolidación de procesos que las fortalezcan; por lo tanto, el docente, considerado el principal mediador de este proceso, debe apropiarse de dichas habilidades para integrarlas en su práctica pedagógica y, a partir de ahí, lograr una interacción activa y efectiva con sus estudiantes que conduzca a un excelente rendimiento académico y a una resignificación de su labor.
En efecto, entre las competencias que debe poseer un docente se encuentran las habilidades efectivas en el discurso, tanto oral como escrito, las cuales son fundamentales para que el proceso educativo se desarrolle en términos de una comunicación pedagógica que fomente la participación, la reflexión y una postura crítica de los involucrados en el proceso comunicativo.
El desafío ha sido difícil, ya que en Colombia la capacitación de los docentes en la educación rural tiende a fomentar un enfoque individualista, distanciado del concepto de colaboración, confiando en las enseñanzas derivadas de la experiencia y la práctica docente, y desarrollando como creencia que la escuela de la vida proporciona todo el conocimiento necesario para enseñar. Ante lo expuesto, la exploración vigente consintió en “analizar los ethos culturales en el desarrollo de competencias comunicativas: una mirada desde la educación rural de la Guajira”, como objetivo primordial del actual estudio.
MÉTODO
A través del paradigma postpositivista, se buscó pensar y entender la realidad. Desde esta perspectiva, la investigación se caracterizó por estar enmarcada dentro del paradigma cualitativo de las ciencias sociales. Del mismo modo, el estudio se basó en la revisión documental de 23 referencias entre libros y artículos pertenecientes a revistas indexadas en Scopus, Scielo, Redalyc y Web of Science de gran envergadura a nivel mundial. En este sentido, se llevó a cabo una indagación de disciplinas para el estudio detallado de cada una de las unidades de análisis, relacionadas con los ethos culturales en el desarrollo de las competencias comunicativas: una perspectiva desde la educación rural de la Guajira.
RESULTADOS
Para iniciar este apartado, es interesante señalar que Aristóteles (350 a.C), desempeñó un papel crucial en la definición del ethos como uno de los tres fundamentos de la persuasión retórica, junto con el pathos y el logos. Según su perspectiva, el ethos se forma mediante la exhibición de inteligencia práctica (phronesis), virtud (areté) y buena voluntad (eunoia) por parte del orador, Aristóteles (2012). Más adelante, igualmente, en el campo de la antropología, Geertz (1973), emplea el concepto de ethos para describir el tono, carácter y calidad de vida única de una cultura, así como sus dimensiones morales y estéticas, el sentido del humor y la disposición que fundamentan su forma de vida.
Igual, Bourdieu (1984) emplea el término ethos de clase para describir el conjunto de disposiciones duraderas y transferibles, así como los principios tanto de percepción como de clasificación, y los esquemas de pensamiento, percepción y acción, que resultan de las condiciones sociales de existencia vinculadas a una clase social específica. Además, Weber (2002) estudia el impacto de la ética protestante, especialmente la ética calvinista, en la evolución del ‘espíritu del capitalismo’. Analiza de qué manera ciertos valores y convicciones religiosas han configurado una mentalidad y un comportamiento económico específicos. Estos son solo algunos ejemplos de escritores que han explorado el concepto de ethos desde diversas perspectivas académicas. Cada uno contribuye con matices significativos a la comprensión de este término esencial.
De lo anterior, se deduce que el ethos es un método de persuasión fundamentado en la credibilidad o el carácter de los individuos para influir en los demás. Cuando una persona se muestra confiable, el público está más dispuesto a aceptar su mensaje.
Lo antes mencionado se complementa, en su sentido más amplio, con la consideración de Isea (2009), quien concede importancia al carácter moral, la disposición o los valores fundamentales de una persona, grupo u organización dentro de su proceso de formación. En retórica, el ethos (o apelación ética) es un modo de persuasión y se refiere a la credibilidad, autoridad o buen carácter del orador o escritor. Se trata de convencer al público que se está cualificado para hablar de una cuestión en particular. Ejemplo, cuando un periodista que escribe sobre la bolsa habla de sus años de trabajo en un banco de inversión, está apelando al ethos. El periodista está señalando su credibilidad a los lectores.
Para De Zubiría (1998), un ethos es el espíritu que permea a un grupo social, un conjunto de actitudes y valores, de hábitos arraigados en el grupo. Podemos así, hablar de un ethos militar, religioso, de la sociedad de mercado, de la familia Pérez, de los gamines bogotanos, etc.
De allí, el ethos cultural se define como el conjunto único de creencias, valores, costumbres, actitudes, visiones y normas del mundo, que distinguen a un grupo social o a una cultura particular. Representa el 'espíritu' o 'carácter' esencial que influye en la manera en la cual los integrantes de una cultura ven el mundo, se relacionan entre ellos y encuentran significado en sus vidas.
El autor Sapir (1949), investigó la conexión entre cultura, lenguaje y personalidad. Aunque no se enfocó únicamente en el 'ethos cultural', su estudio sobre la manera en la cual el lenguaje configura el pensamiento y la percepción, así como la influencia de la cultura en el desarrollo de la personalidad, es esencial para entender los principios cognitivos y expresivos de los ethos culturales. Igual, Geertz (1973), describe el ethos como el tono, el carácter y la calidad de vida que son característicos de una cultura. Lo examina junto con la cosmovisión, reconociendo que ambos se complementan para moldear la experiencia cultural. Su enfoque interpretativo tiene como objetivo entender los significados culturales profundos mediante el análisis de símbolos y prácticas.
Para el teórico Malinowski (2014), a pesar de enfocarse primordialmente en el funcionalismo, su exhaustiva etnografía de las culturas melanesias puso de manifiesto la lógica interna y los valores que fundamentaban sus instituciones y prácticas. Su labor ayudó a entender de qué manera distintos ethos culturales estructuran la vida social y económica. Estos autores, desde sus diversas perspectivas antropológicas y sociológicas, nos facilitan la comprensión de la complejidad y diversidad de los ethos culturales que configuran la experiencia humana a nivel global (Corbett & d’Entremont, 2024). Sus investigaciones nos animan a trascender las generalizaciones superficiales y a indagar en las lógicas internas y los valores que caracterizan a cada cultura.
Ahora bien, de manera más actualizada, (Saona, & Duran, 2023) enfatizan la importancia de valorar los distintos rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o una comunidad.
La categorización de los tipos de ethos culturales es un asunto intrincado y no hay una tipología que sea universalmente reconocida. Los autores frecuentemente examinan la diversidad cultural subrayando diversas dimensiones y contrastes. A continuación, se presentan algunas perspectivas y distinciones que han sido sugeridas, junto con los autores pertinentes:
Énfasis en valores culturales dominantes
Desde esta perspectiva, Benedict (1989), describe culturas con ethos "apolíneo" (moderado, armónico, que valora el control) en contraste con culturas "dionisíaco" (excesivo, extático, que busca la experiencia intensa). Aunque no es una tipología formal, su enfoque en los patrones dominantes sugiere diferentes tipos de ethos centrados en valores y temperamentos culturales.
Por su parte, Hofstede (2001) elaboró un modelo de dimensiones culturales que, aunque se utiliza frecuentemente en contextos organizacionales, también representa elementos del ethos cultural a nivel nacional. Este modelo abarca dimensiones como la distancia de poder, el individualismo frente al colectivismo, la masculinidad frente a la feminidad, la evitación de la incertidumbre, la orientación a largo plazo en contraposición a la de corto plazo, y la indulgencia frente a la restricción. Las variaciones en estas dimensiones establecen diferentes 'tipos' de culturas, cada una con su propio ethos distintivo.
Énfasis en la estructura social y la práctica
En este apartado se muestra a Bourdieu (1984), quien se refiere al ethos de clase, en el que diversas clases sociales crean sistemas de disposiciones (habitus) que configuran sus preferencias, prácticas y percepciones del mundo. Aunque no se trata de una clasificación de 'culturas' en un sentido amplio, sí identifica distintos ethos culturales dentro de una misma sociedad, relacionados con la posición social.
En conclusión, se puede resaltar que la clasificación de 'tipos' de ethos culturales constituye una herramienta analítica que facilita una comprensión más profunda de la diversidad humana. Los autores citados a lo largo del estudio presentan diversos marcos conceptuales que abordan diferentes dimensiones de los valores, creencias, prácticas y su conexión con la modernidad, permitiendo así diferenciar las variadas manifestaciones del 'ser' cultural.
Competencias comunicativas
En primer lugar, es fundamental mencionar el concepto de competencia, que según la perspectiva de diversos autores como (Zúñiga, Baylon, Pariona, & Ochoa, 2024), se puede definir como el conjunto de conocimientos y habilidades que una persona debe poseer para interactuar en distintos contextos comunicativos. Por ejemplo, situaciones como una entrevista de trabajo, una reunión entre amigos o una solicitud formal por escrito, demandarán diferentes aplicaciones de la lengua, tanto escrita como oral.
Según lo indicado por los autores mencionados previamente, el enfoque comunicacional es el que origina el concepto de competencias comunicativas, el cual abarca diversas habilidades. De este modo, los autores sostienen que el hablante produce enunciados en distintos contextos comunicativos y, en cada situación o acto comunicativo, elige, del repertorio que le proporciona el sistema de la lengua, las opciones que mejor se alinean con sus intenciones, tales como ordenar, convencer, solicitar o preguntar, entre otras.
En el ámbito educativo (cómo es el de la presenta investigación), el concepto de competencia se ha empleado para resaltar el crecimiento de las capacidades humanas a través de un proceso de enseñanza y aprendizaje, donde el aprendiz evidencia lo que ha asimilado y su aplicación en su vida personal y profesional, respaldado por un currículo académico que lo capacita para tal fin.
Desde este punto de vista, es evidente que cada persona necesita poseer habilidades comunicativas para relacionarse con los demás, ya sea de manera oral, escrita o a través de cualquier otro lenguaje que la persona elija según sus habilidades. Por lo tanto, se puede considerar la perspectiva teórica del cognitivismo como un proceso que acompaña el desarrollo de la mente, facilitado por la interacción comunicativa constante a lo largo de la vida.
De igual modo, la competencia interactiva, también denominada bidireccional y a menudo multidireccional, representa el formato fundamental de la comunicación oral, aunque también puede manifestarse de forma escrita; ejemplos de esto son el chat y los servicios de mensajes cortos (SMS), whatsapp, correo u otros que actúan como mediaciones escritas, al igual que la traducción o la anotación de textos ilustrados en la siguiente figura 1:
Figura 1.
Competencia interactiva.
Elaboración: El autor.
Tomando en cuenta la figura 1, en el contexto de esta investigación, la competencia interactiva se define como una de las actividades comunicativas más relevantes, ya que representa la principal vía de acceso a las demás actividades comunicativas que realiza el hablante. Es el formato inicial de la comunicación humana y el más habitual: toda la vida afectiva del estudiante se expresa a través de la relación directa y la interacción personal. La adquisición del idioma es, en esencia, el resultado de la interacción comunicativa con otros. El ser humano siente la necesidad de comunicarse, ya sea de manera oral o escrita, considerando que es fundamental utilizar el mismo código que el receptor para asegurar la comprensión y afirmar que la información ha sido asimilada.
Las competencias comunicativas en la práctica pedagógica
En tiempos recientes, la comunicación se ha transformado en una herramienta esencial para cualquier institución que busque cumplir sus objetivos como entidades sociales, ya que este medio de expresión facilita el entendimiento de las ideas ajenas y la difusión de las propias.
El diálogo facilita el intercambio de ideas y opiniones, así como la escucha de las razones del otro. Es un elemento fundamental en las relaciones grupales de los seres vivos, a través del cual se transmite información sobre su entorno, permitiendo así que otros participen en el conocimiento compartido.
En este contexto, la comunicación en el ámbito escolar se presenta como una herramienta crucial que facilita la interacción entre los individuos, asegurando que la información compartida sea efectiva y receptiva. Asimismo, apoya la realización de funciones pedagógicas, administrativas y educativas en general. Además, es vital en los procesos de selección, evaluación y formación de los actores educativos, así como en el liderazgo efectivo y en la creación de un entorno propicio para la convivencia escolar.
Según (Pérez, 2025), entre los rasgos característicos de las escuelas se encuentran la comunicación fundamentada en el diálogo y la participación activa, a lo cual agrego la cohesión del grupo, el respeto mutuo, la dedicación, la confianza y el compromiso. La comunicación es transparente, la participación es inclusiva, el trabajo en equipo es esencial y se valora la diversidad. Tanto el personal como los estudiantes comparten una visión común sobre el futuro de la escuela, un sentido comunitario de los objetivos y un conjunto de valores compartidos. Se priorizan aspectos como la confianza y el respeto entre todos, y se reconocen los esfuerzos y logros de los demás.
Se puede inferir que el proceso de comunicación se establece y refuerza como el pilar esencial de la institución, donde los miembros, mediante su labor, pueden alcanzar los objetivos organizacionales, considerando que es necesario mantener un proceso comunicacional eficiente de manera continua. Esto significa que la comunicación es crucial entre los actores de las instituciones educativas, ya que facilitará el intercambio de experiencias relacionadas con sus funciones y el fortalecimiento conjunto de las decisiones, lo que permitirá el éxito de la institución.
Por consiguiente, la comunicación efectiva es fundamental para construir una comunidad sólida y basada en la expresión. Es esencial que los miembros mantengan un diálogo fluido, donde cada palabra contribuya al logro de los objetivos. Para mejorar la comunicación, es crucial que los integrantes muestren voluntad, interés y disponibilidad. Además, para fomentar la capacidad de diálogo, es necesario que las personas cuenten con una adecuada autoestima y confianza en los demás; de lo contrario, les resultará difícil escuchar, valorar las ideas y perspectivas ajenas, y reconocer la parte de verdad que estas pueden contener. Por lo tanto, es esencial que en la práctica docente haya un espacio para las voces del profesor y de los estudiantes, así como para el ejercicio de la argumentación y la crítica.
Según los autores mencionados, la comunicación pedagógica debe facilitar un diálogo continuo entre docentes y alumnos, con el objetivo de favorecer los procesos de enseñanza llevados a cabo en la práctica educativa para la formación integral de los estudiantes; asimismo, debe promover un ambiente de confianza que favorezca la retroalimentación, la escucha activa y el respeto por la diversidad.
Educación rural
Nacer en el ámbito rural es un acontecimiento fortuito que influye significativamente en el tipo de educación disponible a lo largo de la vida, condicionando así las oportunidades de quienes viven en estas regiones. No obstante, esta población enfrenta limitaciones en las oportunidades educativas en comparación con los niños, niñas y adolescentes de las zonas urbanas.
Aunque hay mayor cantidad de sedes educativas en las zonas rurales de Colombia, estas tienden a tener en promedio menos estudiantes por jornada (En la base de datos de la ECV-2021 se reportan las observaciones por jornada, es decir, cualquier jornada, sea mañana, tarde, única/completa, nocturna, sabatina), en cada uno de los niveles educativos. En las sedes de las zonas urbanas se atienden, en promedio, 285 estudiantes en educación básica secundaria por jornada, mientras que este promedio es de 102 en las zonas rurales. Además, la deserción escolar y la falta de acceso es uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan las niñas, niños y jóvenes en las áreas rurales.
Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV-2022), de la población en edad escolar (de 5 a 21 años) que vive en zonas rurales, el 23,7% no asistía a instituciones preescolares, colegios, escuelas o universidades.
Por este motivo, se resalta la necesidad de enfocar las políticas públicas educativas en el mejoramiento de la calidad de la educación, especialmente en las instituciones oficiales situadas en áreas rurales de Colombia. Las inversiones deben abarcar, desde la provisión de infraestructura y seguridad, el establecimiento de un buen equipo directivo hasta la contratación de docentes (Mansilla, 2023); de igual modo, debe incluir el fortalecimiento de entornos saludables, la adaptación de los currículos al contexto local y el seguimiento de cada niño, niña y adolescente que no asiste a la escuela. Incrementar la cobertura, la calidad y la relevancia de la educación, particularmente en las zonas rurales, no solo amplía las oportunidades de desarrollo y progreso para los beneficiarios y sus comunidades, sino también contribuye a prevenir problemas como la deserción escolar, la delincuencia juvenil y los conflictos armados (Cuesta, & Cabra, 2021). En síntesis, la inversión en la educación rural ofrece beneficios incalculables para el país.
DISCUSIÓN
En Colombia, diversos estudios evidencian que aún persisten significativos vacíos en los procesos de enseñanza del lenguaje, los cuales están indudablemente vinculados a las competencias comunicativas del docente. De Zubiría (1998) señala que, en lugar de fomentar competencias comunicativas fundamentales para la vida, como la lectura, la escritura o la elaboración de discursos orales coherentes, se continúa poniendo énfasis en aspectos irrelevantes para los niños que inician su educación primaria, tales como las reglas gramaticales y ortográficas que ni siquiera son dominadas por los escritores más experimentados. Por lo tanto, es a través del compromiso activo del docente y su práctica pedagógica que se asegura una educación de calidad, una educación orientada a la vida, fundamentada en el desarrollo de competencias, especialmente las comunicativas (Mendoza, 2024) .
En este sentido, Meehan & Axisa (2022) reiteran el papel social que desempeña la educación como un aspecto a lograr mediante el fortalecimiento de las competencias comunicativas, lo que a su vez, facilita la adquisición y creación de conocimientos orientados hacia nuevas formas de interpretación y posturas críticas, permitiendo así un desarrollo efectivo en el contexto contemporáneo.
Para finalizar se puede destacar que, la educación en las zonas rurales demanda un enfoque diferenciado que se ajuste a las particularidades de estas áreas del país y a las necesidades de su población. Es fundamental diseñar e implementar currículos y estrategias pedagógicas distintas a las utilizadas en las zonas urbanas, que inspiren a los estudiantes con aprendizajes relevantes e innovadores, asegurando así el desarrollo de habilidades que respondan a las exigencias de las regiones.
Igual se destaca que, las escuelas rurales deben ser consideradas como espacios seguros y lugares de encuentro para las comunidades, promoviendo el trabajo comunitario y la defensa de los derechos humanos (Zak & Perry, 2023). En este contexto, el fortalecimiento de la oferta, la calidad y el acceso a la educación rural es fundamental para lograr una educación inclusiva y óptima para los aprendices.
CONCLUSIONES
Tomando en cuenta el propósito de la investigación, que consistió en analizar los ethos culturales en el desarrollo de las competencias comunicativas desde una perspectiva de la educación rural en La Guajira, fue posible comprender el contexto cultural (ethos culturales) como base de una educación significativa y de una práctica pedagógica conectada con la vida, especialmente en el ámbito rural de la región. En este panorama, se evidencian múltiples realidades inciertas, así como cambios y desafíos éticos para la educación. Por ello, es fundamental reconocer la profundidad de los sufrimientos y las dudas que se presentan en cada momento, tanto por parte de los estudiantes como de los docentes, con el fin de aportar soluciones (Orozco, 2020).
De acuerdo con lo anteriormente expuesto, cabe destacar que uno de los contextos más productivos ha sido la ambigüedad que ha rodeado la discusión sobre la ética en Colombia. Al igual que los ethos culturales, las principales dudas se concentran en tres áreas: las vías para desarrollar una ética civil; la relación potencialmente enriquecedora entre ética y cultura (ethos); y el necesario reencuentro entre ética y educación rural.
En este sentido, es menester considerar que la construcción de una ética civil en Colombia solo puede lograrse mediante la interrelación entre ética, cultura y educación. Las éticas humanas son siempre un reflejo del ethos cultural de una comunidad. La imposición de proyectos éticos y educativos que no se alinean con el contexto cultural propio obstaculiza la relación entre estas tres dimensiones y genera vínculos contradictorios entre ellas.
Dentro de este mismo contexto, se resalta que la adquisición de habilidades comunicativas es esencial para desenvolverse en distintos escenarios sociales e institucionales, particularmente desde la perspectiva de la educación rural en La Guajira. Estas habilidades son igualmente relevantes en las prácticas pedagógicas de los docentes, ya que a través de ellas es posible fomentar un ambiente institucional positivo, negociar acuerdos, promover el trabajo en equipo, establecer relaciones interpersonales y desarrollar el pensamiento crítico, entre otros aspectos que contribuyen a la formación integral del estudiante. Para lograrlo, es necesario que los docentes comprendan y se apropien de los elementos teóricos que sustentan su práctica, de modo que puedan aplicarlos de forma efectiva en su labor diaria.
Asimismo, se concluye que la comunicación en las instituciones educativas, especialmente en las rurales, no solo facilita el proceso de enseñanza y aprendizaje, sino que también respalda funciones administrativas y de servicio, fortaleciendo los lazos entre la escuela, la familia y la comunidad. Todo esto se enmarca en una comunicación efectiva y afectiva que promueve el liderazgo de los actores educativos y una convivencia escolar saludable, basada en relaciones humanas positivas.
En este sentido, también se señala que la comunicación se ha convertido en una herramienta esencial para cualquier institución, y con mayor razón en las rurales, que buscan cumplir sus objetivos como entidades sociales. Esta permite expresar y conocer las ideas de los demás, así como compartir las propias (Sánchez, 2018). El ser humano posee una necesidad inherente de comunicarse, ya sea de forma oral o escrita, y resulta fundamental utilizar el mismo código que el receptor para asegurar la comprensión y garantizar que la información sea efectivamente aprendida.
FINANCIAMIENTO
No monetario.
AGRADECIMIENTOS
Gracias a todos los investigadores y teóricos citados, por ser parte relevante en el desarrollo de la presente investigación.
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