DOI 10.35381/cm.v8i3.794
Metodología de investigación tecnológica aplicada a
las ciencias sociales
Technological
research methodology applied to social sciences
Wilson Iván Piedra-Castro
Universidad Central del
Ecuador, Quito, Pichincha
Ecuador
https://orcid.org/0000-0002-9565-9961
Edwin Manuel Castelo-Vinueza
Universidad Central del
Ecuador, Quito, Pichincha
Ecuador
https://orcid.org/0000-0002-8136-1152
Recibido: 01 de marzo
2022
Revisado: 10 de abril
2022
Aprobado: 15 de junio
2022
Publicado: 01 de julio
2022
RESUMEN
Esta investigación tuvo
como objetivo general analizar los aportes de la metodología de investigación tecnológica
a las ciencias sociales. El estudio se realizó bajo la concepción del enfoque
positivista, desde una perspectiva cuantitativa, a través de la indagación y
análisis crítico documental. Los escritos consultados se instituyeron bajo la técnica
del análisis de contenido a partir de la información seleccionada, lo que dio
paso a la estructuración de los resultados. Como conclusión, se precisó que la
metodología de la investigación tecnológica constituye una acción
procedimental, cuyo propósito es incorporar la innovación y promover el
conocimiento científico a raíz de los hechos sociales, siendo así útil para la
resolución de problemas del día a día en pro de la construcción de una sociedad
mejor y con avances tecnológicos.
Descriptores: Metodología de investigación; tecnología;
ciencias sociales; innovación. (Tesauro UNESCO).
ABSTRACT
The general objective
of this research was to analyze the contributions of technological research
methodology to the social sciences. The study was carried out
under the conception of the positivist approach, from a quantitative
perspective, through inquiry and critical documentary analysis. The writings
consulted were instituted under the technique of
content analysis from the selected information, which gave way to the
structuring of the results. As a conclusion, it was specified that the
methodology of technological research constitutes a procedural action, whose
purpose is to incorporate innovation and promote scientific knowledge as a result of social facts, thus being useful for the
resolution of day-to-day problems in favor of the construction of a better
society with technological advances.
Descriptors: Research methodology; technology; social sciences; innovation. (UNESCO
Thesaurus).
INTRODUCCIÓN
La evolución social, investigativa y tecnológica es
una realidad latente que requiere de atención, por cuanto supone constantes
transformaciones significativas que invitan al hombre a innovar a partir de
ideas novedosas en pro del beneficio colectivo. En correspondencia, (Pacheco,
2017) expone lo siguiente:
El avance y la innovación tecnológica han sido una
constante en el desarrollo de las sociedades. Su injerencia en la modificación
de estructuras económicas, sociales, culturales y de pensamiento ha
reconfigurado, de muy distintas maneras y en distintos momentos, el sentido y
el imaginario social de lo real, del mundo e incluso del individuo. La
tecnología ha formado parte de la experiencia del hombre, desempeñándose como
parte constitutiva de la cultura, y del conocimiento producido por el hombre a
lo largo de su historia. (p.
192)
El punto de vista de esta autora reafirma la
relevancia de la tecnología a lo largo de la historia de la humanidad, puesto
que llegó para quedarse; por tal razón, el hombre debe adaptarse al empleo de
esta en múltiples ámbitos, ya que no sólo es necesaria en el campo educativo
sino también en el económico, cultural, político, social e investigativo.
Debido a que ya forma parte de este último aspecto, la intención del individuo
debe girar en torno a incorporar herramientas digitales que permitan aplicar
los mejores procedimientos para trascender los espacios científicos, llegando
así a los más recónditos, con el fin de comunicarse con otras personas y, de
esta forma, no sólo alcanzar los objetivos propuestos en sus estudios sino también
difundir e intercambiar vivencias y conocimientos. Al respecto, (Cantú, 2019) supone lo
siguiente: “Ciencia y Tecnología se han constituido en la sociedad, en el
dispositivo para sobreponerse y transformar el medio natural, como también el
ámbito social y económico en el cual se desenvuelve todo ser humano. (97)
En base a esta consideración, se hace propicio
indagar de qué manera se vincula la metodología de investigación tecnológica
con las ciencias sociales, a objeto de hacer uso de
ella en distintos contextos y lugares para dar respuesta a las problemáticas
presentadas en cada realidad que amerite cambios. Por ende, vale preguntarse
¿qué aspectos metodológicos y tecnológicos serían claves para el estudio del
entorno social?
En relación con la interrogante planteada, se
presenta un bosquejo de diversos aportes que reúnen los señalamientos básicos concernientes
al tema a tratar. En consecuencia, se desglosan las variables a estudiar, tales
como metodología de investigación, tecnología y ciencias sociales para luego especificar
de qué manera estos se aplican al estudio de la sociedad y, por consiguiente,
precisar los beneficios que tal metodología proporciona a los problemas de la
colectividad.
METODOLOGÍA
El estudio se llevó a cabo
bajo el paradigma positivista, desde una visión cuantitativa por medio de la
consulta bibliográfica, la recolección de información y el análisis de argumentos. El tipo de investigación es documental,
sustentado en la revisión de tesis, artículos científicos arbitrados, libros,
entre otros. Asimismo, se empleó el
método analítico–sintético, el cual permitió desglosar el tema, organizarlo y
ajustarlo a la situación objeto de estudio. De esta forma, se dio lugar a la
descripción de los resultados alcanzados.
RESULTADOS
En las ciencias sociales se evidencia un interés
constante por estudiar a los individuos, sus interacciones y sus experiencias
desde el sitio donde se desenvuelven. No obstante, en la actualidad, el mundo
es partícipe de una serie de cambios que nos impulsan a ajustarnos a ellos y
nos conducen a explorar diferentes ámbitos para profundizar en los mismos.
Entre los componentes clave que hacen parte de tales cambios, vale resaltar el
campo político, económico, educativo, cultural, social y tecnológico. Este
último dentro del contexto de la investigación, se ha constituido en un aspecto
concomitante a estudiar en las ciencias sociales.
Desde esta perspectiva, (Schiavo, 2007, p. 110)
expone que la investigación científica y tecnológica comprende un eje
transversal para el estudio de las TIC en distintas áreas de conocimientos, la
cual genera en sí tres tipos de saberes, tales como: técnicos (abordaje de las
tecnologías), contextuales (abordaje de las TIC en otras áreas) y transversales
(consolidación y surgimiento de nuevas disciplinas). Similar opinión comparte (Pacheco,
2017) al vincular lo digital con las ciencias sociales, afirmando que:
Para las
ciencias sociales, esto significa renunciar a la idea de entender a la
tecnología y a toda representación digital como entidades externas, con una
dinámica propia y ajena a la interacción y el intercambio entre individuos y
grupos sociales. El propósito ahora es incorporarla a la especificidad de la
realidad como parte integrante de la actividad social, como proceso y como
producto cultural generador de nuevas significaciones para y sobre la sociedad
y el conocimiento. (p.
192)
Por lo tanto, la tecnología es parte integrante de
la vida del ser humano y, en consecuencia, para marcar la pauta de cada nueva
significación y saber, es necesario tener en cuenta una serie procedimientos
tecnológicos que faciliten el desarrollo de un estudio en cualquier área. A
este respecto, (Lafuente y Marín, 2008, p. 3) proponen el
empleo del método científico, el cual definen como: “el conjunto de tácticas
que se emplean para constituir conocimiento. Son estos los pasos e instrumentos
que nos llevan a explicar fenómenos, o a establecer relaciones entre hechos”.
Para
ello, en cualquier contexto, los investigadores decidirían cuál vía seleccionar
para llevar a cabo sus estudios. Desde esta visión, (Lafuente y Marín, 2008 p.
3) proponen dos métodos: “el método deductivo y el método inductivo o empírico”,
los cuales podrían, según la intención de cada investigador, responder a sus
inquietudes y aportar alternativas de solución a las dificultades afrontadas.
Esta consideración conduce a señalar que cada investigación constituye un
desafío con metas específicas a lograr y requiere de gran disposición por parte
de los investigadores para alcanzar la inventiva que los mismos se propongan
desde un principio. (Cantú, 2019), en relación a lo expuesto,
percibe los siguientes aspectos como puntos clave, por lo cual manifiesta:
En buena medida la investigación, la
tecnología como la manera de innovar nos permiten afrontar los retos actuales
que como sociedad tenemos que solucionar. Recordemos que los desafíos
socioambientales son cada vez más complejos y suelen ser muy heterogéneos, como
es el cambio climático, la producción energética mayormente limpia, contar con
economías cada vez más competitivas, y satisfacer las necesidades de salud y
alimentarias del conglomerado social que cada vez es mayor. (p.95)
Conforme
a lo expuesto, vale sugerir que la idea es atreverse a explorar distintos
mundos, considerando una labor organizada que estudie las distintas realidades
y enlace una metodología de investigación tecnológica con las ciencias
sociales.
En función de lograr un
trabajo organizado, vale citar a (Lafuente y Marín, 2008 p. 4),
quienes proponen una serie de pasos elementales para el desarrollo
procedimental de una investigación. En sus consideraciones, expresan que
primeramente debe identificarse una problemática, posteriormente, se
continuaría con la revisión documental, luego con la formulación de los
objetivos, seguido de la aplicación de técnicas de instrumentos para dar lugar
a los resultados y a la teorización. En términos generales, estas autoras
presentan un esquema de lo que implica el abordaje investigativo, sin embargo,
todo dependerá del enfoque, ya que según el método, los pasos y el lenguaje a
emplear presentarían diferencias.
Es
bien cierto que dentro del quehacer investigativo la universidad juega un rol
importante, ya que es allí donde los profesionales y futuros graduandos se
comprometen más como investigadores; por ende, cabe señalar lo manifestado por
(Ollarves y Salguero, 2009, p. 130): “…la investigación se asocia
al desarrollo profesional porque constituye la base que permite un crecimiento profesional…”.
Asimismo, (Hernández, 2009) agrega que:
Si se concibe la educación superior como uno de
los dispositivos para mejorar la realidad existente, es la investigación la que
orienta el camino para despejar las dudas, formar para el trabajo emancipador,
construir, desarrollar y socializar los nuevos conocimientos que se constituyen
en fuentes de paz, progreso y desarrollo; pero ante todo, como gestora de
pensamiento y creadora de saberes. (p. 6)
Por
ende, los profesores universitarios deben trabajar mancomunadamente con sus
estudiantes para fomentar la actividad investigativa en este nivel y velar por
el bien de la sociedad. De este modo, incentivarían a sus estudiantes a ser
partícipes de un compartir de saberes propicio para el enriquecimiento de sus
conocimientos. Sobre esto, (Hernández, 2009) declara:
Es preciso que la docencia y la investigación, como
funciones esenciales de la universidad, cumplan el propósito de proyectarse a
la comunidad, para que ésta se beneficie de la labor y de los resultados de los
planes, programas y proyectos que la universidad realiza. Por lo tanto, cabe
estimular el aprendizaje significativo, para asumir un hacer igualmente significativo,
con base en el saber crítico, científico, tecnológico y humano aprendido en las
aulas, pero también fuera de ellas. (p.5)
Esta autora menciona varios elementos importantes,
es decir, tanto la proyección a la comunidad como el saber crítico, científico,
tecnológico y humano. Estos constituyen factores motivantes, por cuanto todos
los que formen parte de una investigación, podrán intercambiar ideas no sólo
con los miembros de una institución sino también con la colectividad que les
rodea, orientando, de esta manera, una acción con visión holística, en la que
se valoran las competencias de cada persona. A tal efecto, (Ollarves
y Salguero, 2009) refieren:
Desde esta perspectiva,
para hacer referencia al concepto de competencia es importante mencionar que
contiene, un conjunto de destrezas, habilidades, conocimientos,
comportamientos, actitudes, valores y otros atributos, que adecuadamente
combinados frente a una situación laboral, predicen un desempeño superior en un
determinado puesto de trabajo; por lo tanto tienen un componente individual que
se demuestra y componente organizacional que se manifiesta a través de la
productividad, calidad o innovación. (p. 122)
Esta aseveración corrobora que, al unir esfuerzos,
se pueden lograr productos novedosos en beneficio de las comunidades, es por
ello que se debe apreciar a cada individuo con sus
cualidades y talentos, a fin de tomar en cuenta todos sus aportes para llevar a
cabo estudios sociales con resultados exitosos.
En función de garantizar lo antes expuesto, (Ollarves
y Salguero, 2009, p. 132) proponen diversas competencias que podrían ayudar a
un docente a ejercer la investigación de forma colectiva; por consiguiente,
ellos proponen tener presentes competencias como: organizativas (actividades planificadas
por la institución para fomentar la investigación); comunicacionales (compartir
de saberes mediante el uso de las tecnologías) y colaborativas (realización de
productos investigativos entre pares).
Por su parte, (Rivas, 2011,
p. 3) propone nueve competencias que debe poseer un investigador, las cuales
son: plantear un problema, elaborar un marco contextual, revisar el estado del arte,
crear y validar un instrumento de recolección de datos, construir y validar
modelos, dominar técnicas de análisis de datos, dominar el estilo de redacción
científica, presentar trabajos de investigación en congresos, idiomas y conocimientos
de arte y cultura universal.
En tal
sentido, se puede percibir cómo todos estos ejes centrales constituyen parte
del proceso investigativo, donde la formación del docente es un aspecto clave,
así como también la intervención de la tecnología, por cuanto esta última
permite trascender los espacios explorados para dar a conocer lo estudiado en
otros contextos tanto a nivel regional, nacional como internacional. En virtud
de alcanzar la mencionada trascendencia, es propicio que el docente pierda el
temor al uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y se
capacite en el manejo apropiado de las mismas para hacer investigación apoyado
en ellas. Al respecto, (Osorio, 2016) indica que:
Las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) -se afirma- pueden contribuir a tener avances significativos
en muchos sectores, sin embargo, la evolución y adopción de las
mismas planteará diferentes desafíos, ya que su empleo requiere nuevas
habilidades y destrezas, por lo que todos los actores de estos espacios tendrán
en algún momento que capacitarse en su uso, con todo lo que esto implica. (p.
12)
Por tal motivo, (Osorio, 2016) hace una
invitación a centrarse en la realización de actividades investigativas por
medio del uso de las TIC. Por ende, ella expresa lo siguiente:
De aquí que se insista en
la necesidad de fomentar la investigación sobre los mecanismos determinantes
del aprendizaje mediado por tecnologías, de manera tal que se favorezca el
entendimiento de su complejidad y, en consecuencia, se optimice la derivación
tecnológica requerida. (p.
22)
En las ciencias
sociales las tecnologías juegan un rol esencial, debido a que forman parte de
nuestro día a día y abren un abanico de posibilidades a ser indagadas. En este
particular, (Pacheco, 2017, p. 189) aporta lo siguiente: “Los soportes electrónicos
introducen nuevas actividades en la vida cotidiana del actor y del científico
social, nuevas herramientas para desarrollar sus respectivas actividades,
implantando y suplantando espacios cuya estructura se asemeja a la de una
organización institucional”. Es por ello las herramientas digitales son
trascendentales en el ámbito social, por cuanto suponen la generación de
acciones novedosas dignas de ser estudiadas.
Hoy
en día, los individuos cuentan con una serie de medios digitales de
comunicación síncrona y asíncrona que facilitan la interacción en diversos
ámbitos. En el caso de las ciencias sociales, constituyen un factor primordial
tanto para tratar y solucionar problemas como para compartir vivencias. En este
sentido, la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe
(OREALC) (2013), declara que:
Las personas se involucran en nuevas formas
de participación, control social y activismo a través de las redes sociales; con
ello, las democracias se enriquecen, conformando un nuevo orden mundial en el
que surge el ciberciudadano, con más poder del que nunca tuvo el ciudadano
convencional. La tecnología digital se hace presente en todas las áreas de
actividad y colabora con los cambios que se producen en el trabajo, la familia
y la educación, entre otros. (p. 14)
En
el caso de este estudio, la metodología de investigación y la tecnología
aplicada a las ciencias sociales, favorece un proceso de socialización mediado
por recursos digitales, lo cual da lugar a un compartir de saberes idóneo para
abordar diversas situaciones en distintos escenarios en función del bien común.
En este marco, (Vessuri, 2013) aporta el argumento expuesto a continuación:
Las ciencias sociales proporcionan
herramientas que permiten a los practicantes y críticos cuestionar las
interpretaciones de la realidad social, la legitimación de las políticas y los
términos usados por los propios científicos. Muchos debates académicos y
políticos recientes comparten precisamente esos rasgos críticos que hacen de
las ciencias sociales un aspecto importante en las actuales tensiones y
antinomias. (p. 205)
He allí la importancia de aplicar la metodología
de investigación tecnológica en las ciencias sociales, puesto que ello implica analizar
el entorno que rodea al hombre, integrando diversas disciplinas que aportan
cada cual un grano de arena para generar nuevos conocimientos a partir de lo ya
existente. Por esta razón, cabe citar a (Vessuri, 2013, p. 206),
quien manifiesta que: “Se busca la transdisciplinariedad y la
interdisciplinariedad para manejar problemas complejos”. La realidad es
cambiante y lleva implícitas muchas variantes que requieren de atención e
inclusive de transformación y es a través de la colaboración de todos que se
puede hacer frente a los conflictos imperantes.
Por
tal motivo, debido a la existencia de las TIC, el hombre debe formarse para
manejarlas con confianza y así emplearlas en sus praxis investigativas sociales
a través de una labor mancomunada. Por su parte, (Torrealba, 2008) plantea la
siguiente tesis:
Por tanto, una de las vías para usar y sacarle
provecho a las TIC en los espacios escolares es a través de la figura de proyectos
y, ésta, a su vez, es uno de los motores principales para entender una de las
tendencias más notables en educación en los últimos tiempos: la
transversalidad, la cual busca, no sólo vincular contenidos de diversas áreas
sino también conectar la escuela con el entorno y su quehacer cotidiano. (p.
72)
Tal como se puedo apreciar en la
aseveración de Torrealba, los proyectos investigativos no sólo se podrían
realizar a nivel universitario sino también en los demás niveles de la
educación, por cuanto esto implica un trabajo en equipo que incluye y no excluye
a los miembros de una sociedad; por lo tanto, no hay edad específica para hacer
investigación.
De igual manera, cuando se habla de
ciencias sociales no sólo se hace referencia a los contextos comunitarios y educativos
sino también al resto de las áreas, tales como la economía, la política, la
ciencia, entre otros, que requieren de adaptación a los cambios y de un trabajo
cooperativo para sus progresos. Por ello, (Rodríguez, 2016, p. 70) resalta el
término competitividad como un elemento clave para alcanzar el avance en diversos
campos. Para
tal fin, el individuo debe comprometerse a adquirir todas las destrezas
posibles, con el propósito de contribuir con el desarrollo del organismo donde
labora, de su ambiente familiar y, por supuesto, de su entorno.
En resumen, la metodología de
investigación tecnológica aplicada a las ciencias sociales reúne todos los
factores antes descritos, puesto que integra una serie de agentes humanos, comunitarios,
así como de medios digitales y procedimentales, que al operar de forma
mancomunada, pueden dar lugar a la innovación y al avance del saber científico
en toda su extensión.
CONCLUSIÓN
Como conclusión, se precisó
que la metodología de investigación tecnológica induce a un acontecer
participativo de especialistas, sujetos de estudio y comunidad en general, los
cuales trabajan con un objetivo en común, es decir, aportar alternativas de
solución a diversas situaciones sociales a través de la interacción y la
innovación.
Sobre la base de la
mediación de las existentes herramientas digitales y la consecución de fases
procesuales, los investigadores pueden desenvolverse como seres activos dentro
de la sociedad para atender a distintas realidades y ser partícipes de las
mismas colaborando con sus aportes; de igual forma, pueden comunicarse y
compartir sus experiencias y saberes, a objeto de
emplear las herramientas pertinentes que contribuyan a mejorar los procesos
sociales.
En síntesis, desde una
perspectiva integradora, el tema tratado se concibe como una acción
procedimental que incorpora las tecnologías como ejes centrales para resolver
diversas dificultades y retroalimentar el conocimiento científico, a partir de las
experiencias vividas dentro de cada sociedad. De este modo, se perfila como un
proceso investigativo útil para la resolución de problemas del día a día en pro
de la consolidación de una sociedad mejor y con avances tecnológicos.
FINANCIAMIENTO
No
monetario.
AGRADECIMIENTO
A todos los colaboradores que
hicieron posible el desarrollo de esta investigación.
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