El nihilismo tecnológico en este nuevo tiempo llamado post pandemia

 

Technological nihilism in this new time called post pandemic

 

 

Haydée Josefina González-Meza

haydeegonzaleez.doc@umecit.edu.pa

Universidad Metropolitana de Ciencia y Tecnología de Panamá, Panamá, Panamá

Ecuador

https://orcid.org/0000-0002-2636-6559

 

Elena Isabel Calderón-Delgado

helen_calderon21@yahoo.com

Universidad Central del Ecuador, Quito, Pichincha

Ecuador

htps://orcid.org/0000-0002-5326-3088

 

Patricio Luis Dávila-Herrería

pldavila@uce.edu.ec

Universidad Central del Ecuador, Quito, Pichincha

Ecuador

htps://orcid.org/0000-0001-9617-1784

 

Juan Carlos Dávila-Herrería

dhjc2528@gmail.com

Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Pichincha

Ecuador

htps://orcid.org/0000-0003-3424-8971

 

 

 

 

Recibido: 01 de mayo 2022

Revisado: 20 de junio 2022

Aprobado: 01 de agosto 2022

Publicado: 15 de agosto 2022

 

 

 

RESUMEN

La investigación se planteó analizar cómo los preceptos del Nihilismo y el sinsentido presentado como la nada que expone en sus planteamientos pueden ser ajustados a esta era moderna y tecnológica. Este artículo deviene de un estudio realizado desde el paradigma positivista y enmarcado en una investigación con diseño bibliográfico de base documental. Como conclusión, se establece que el nihilismo como precepto se define como una postura incrédula y ambigua, donde el sinsentido se presenta como la nada y marca la pauta de una presunción incoherente, haciendo énfasis en la transvaloración y la desvaloración al mismo tiempo con la ausencia fatídica de un Dios y la convicción de que la existencia es definitivamente absurda si se trata de los más costosos valores que se puedan reconocer, donde los avances tecnológicos vienen a sazonar e  inducir  la perdida de los valores necesarios para la vida, invitando a  reconstruirlos para esta era.

 

Descriptores: Nihilismo; doctrina nihilista; tecnología; técnica (Tesauro UNESCO).

 

 

 

ABSTRACT

The research was proposed to analyze how the precepts of Nihilism and the meaninglessness presented as the nothingness that it exposes in its approaches can be adjusted to this modern and technological era. This article comes from a study carried out from the positivist paradigm and framed in a research with a documentary-based bibliographic design. As a conclusion, it is established that nihilism as a precept is defined as an incredulous and ambiguous posture, where meaninglessness is presented as nothingness and sets the tone of an incoherent assumption, emphasizing transvaluation and devaluation at the same time with the fateful absence of a God and the conviction that existence is definitely absurd if it is about the most costly values that can be recognized, where technological advances come to season and induce the loss of the values necessary for life, inviting to rebuild them for this era.

 

Descriptors: Nihilism, nihilistic doctrine, technology, technique (UNESCO Thesaurus).

 

 

 

INTRODUCCIÓN

“Ser o no ser he ahí el dilema” …

Hamlet de Williams Shakespeare (1599-1601).

 

Esta frase ha sido interpretada por muchos a lo largo de la historia, algunos afirman que implica el valor de la verdadera existencia, esa existencia que va de la mano con el sentido de la vida. Son un sinnúmero las teorías que se han escrito para explicar si tiene o no sentido la vida, son muchos los teóricos que describen desde su postura una ideología ante ella, con sus argumentos sólidos y razonables, del mismo modo la filosofía, ha permitido que grandes pensadores desde sus opiniones subjetivas puedan considerarla, de manera positiva o no, estableciendo parámetros de análisis a la existencia misma y si ésta realmente posee un sentido verdadero.

Uno de ellos es Friedrich Nietzsche, quien nació en octubre de 1944 en Röcken, actual Alemania, fue nacionalizado suizo, creció en una familia religiosa siendo hijo de padres pastores protestantes, lo cual hace pensar en que su formación estuvo marcada por los aspectos morales y religiosos, padeció la enfermedad de sífilis; estudió filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, fue rechazado por quien pretendió desposar, tuvo la oportunidad de ser docente en la Universidad de Basilea, oficio que abandonó luego de decepcionarse del ambiente universitario (Fernández y Tamaro, 2004).

Su postura, un tanto radical, planteaban que la vida no tenía sentido y que todo se reduce a la nada, haciendo una fuerte crítica hacia las actitudes morales. Este filósofo penetró en una de las doctrinas filosóficas más controversiales de la era moderna “El Nihilismo”, estructurando la conceptualización del término como tal, pues, ésta ya estaba representado en escuelas Cínica y el Estoicismo.

El sistema de ideas y pensamiento de Nietzsche partía de la afirmación “Dios ha muerto” (Nietzsche, s/f), en ausencia de ese Dios entonces ya no se tiene referente y existe así un vacío; pues, la idea del Dios en la esfera del mundo suprasensible, incorpóreo, inmaterial, se incrusta como su cimiento fundamental, por consiguiente, su muerte acarrea la decadencia y declive del mundo inmaterial en general como ámbito donde habitan los valores supremos, y su eventual desvalorización y perdida de sentido (Martínez, 2004). Esto es entendido como instancia de pesimismo y desesperanza, pues, toda idea de lo suprasensible, fundamentadora de modelos ideales, normas y patrones que sostiene el ser de lo ente, asumido como verdad, y que se muestra a través de fines y valores que dan sentido a la existencia humana, se derrumba.

Su postura, traducida por muchos como la forma más incoherente de entender la vida, se basaba en la nada, aseverando el propio Nietzsche que “Un nihilista es alguien que prefiere creer en la nada a no creer en nada” (Iglesia, 2018; s/p). La nada, comprendida desde la instancia de degradación de los valores tradicionales y supremos, es el sinsentido que arropa al mundo fundado desde ahí como verdadero; ya que, todo lo relacionado con ellos se pierde, configurando un momento de carencia, un sentimiento de desamparo, que se traduce en un estado psicológico (Martínez, 2004).

Cabe agregar que, el estado nihilista no debe ser vislumbrado como una instancia solamente negativa, de carencia. Para Nietzsche, también puede ser entendida como una instancia liberadora y punto de partida para la instauración de un nuevo sistema de valores e ideales, ya que “todo supuesto «mundo verdadero», o «más allá» se construyen sobre la previa «negación» o devaluación de «este mundo», el único mundo” (Ávila, 2007; p.77).

Flores Cienfuegos (2010), en su trabajo para optar al título de Magister en filosofía, cita lo siguiente: “Pero, ¿de dónde proviene el término nihilismo? Si nos ayudamos de la filología, ésta nos dirá que viene del latín, nihil, que significa “nada” e ismos, que quiere decir “doctrina”. Nihilista, en consecuencia, será aquél que suscribe la Doctrina de no creer en nada” (p. 7).  Es así como entendiendo una postura quizás incrédula, se puede llegar a considerar cual sería entonces el pensamiento con el que realmente debemos darle un sentido real a la vida.

Por su parte Alberto Wagner de Reyna (2010), en su trabajo titulado “Heidegger y la esencia del nihilismo” expresa:

 

El hombre pertenece a la esencia del nihilismo: es la zona o ámbito tanto del ser como de la nada. Entre estos dos polos se despliega la esencia del nihilismo. Si en el nihilismo es la nada lo decisivo, y tenemos presente que la esencia de la nada pertenece al ser, entonces habrá que decir que el lugar esencial del nihilismo es la propia esencia de la metafísica. En él la voluntad de poder es la voluntad que a si propia se quiere, es la voluntad de voluntad, que vuelve siempre sobre los entes en su trascendencia al ser (De Reyna, 2010; p. 547)

 

De allí se puede inferir entonces, una triada entendida como: la nada, el ser y entre estos dos polos la voluntad de poder, siendo estos la principal esfera del nihilismo. Esta voluntad de poder, que se ha apropiado de la realidad que se piensa, se evidencia hoy día con la penetración y el apoderamiento que ha hecho la técnica y la tecnología de la sociedad. Es decir, la técnica y la tecnología se han apropiado de la realidad social, para servirse de ella, para sus propios fines.

La propia existencia del individuo implica un hecho real que va más allá de lo meramente físico, y que constituye una serie de valores y principios. Ahora bien, entendiendo el punto de Nietzsche que expresa la no existencia de un Dios, ese que se representa en no hay más fundamento último de la realidad, de los valores morales y todo lo que existe, por lo que decir Dios ha muerto es decir que ya no existen valores absolutos (Uriarte, 2022). Y, por lo tanto, esos principios forjados desde la certeza perderían su valor en la actualidad y en definitiva le quitarían el valor a la existencia misma.

Al hablar de la realidad se debe establecer ciertos patrones que tienen que ver con el contexto socio histórico del individuo, ya que éste viene a condicionar su forma de vida y la manera cómo percibe el mundo, aparece también marcado por reglas de convivencia social, por leyes, modelos y esquemas que sellan la vida misma. Pareciera entonces que el nihilismo va en contra de todo eso, pregonando en sus referentes que eso limita la libertad del individuo y puede incluso hasta imposibilitar su emancipación.

La realidad actual esta sazonada con tantos avances tecnológicos, que tienen como principal función proporcionar calidad de vida en la sociedad consumista, permitiendo la simplificación y rapidez en todos y cada uno de los procesos cotidianos, mucho más luego de los 2 años de pandemia los cuales han marcado un punto final de la vida como fue concebida y un punto de partida para esta nueva época llamada post pandemia causada por el virus Covid19 (SARS-CoV-2).

Esta situación llevó al mundo a operar en la virtualidad con una variedad de procesos sobre todo en Latinoamérica como es el caso del uso de: Bluetooth, la pantalla táctil, la red 4G, Wifi, la nube, la realidad virtual y la realidad aumentada, Inteligencia artificial (robótica), monedas digitales (Bitcoin), Internet de las cosas (loT), la firma electrónica, entre muchos otros. Asimismo, se masificó el uso de las videos llamadas o video conferencias, clases en línea, consultas médicas virtuales; y así, muchas cosas de las cuales antes solo eran pensadas desde el mundo físico, lo que conlleva a reflexionar que tanta virtualidad, en la realidad, obliga entonces a entender que ésta es meramente relativa.

Partiendo de estas ideas, surgen la siguiente interrogante para ser discutidas desde el ámbito de la tecnología: ¿Es lo tecnológico expresión de decadencia del mundo devenida de la pérdida de validez de los valores e ideales sobre los que se sostiene la vida humana?, de ser así, ¿Será el Nihilismo un ámbito desde donde se resetean los valores y principios tradicionales de la existencia humana?

En virtud de esto, se presente este articulo orientado a analizar como los preceptos del Nihilismo y el sinsentido presentado como la nada que expone en sus planteamientos pueden ser ajustados a esta era moderna y tecnológica. Considerando que aquello que, racionalmente no teniendo explicación, puede llegar a ser aspectos para reflexionar sobre la verdadera existencia.

 

METODOLOGÍA

Este artículo deviene de un estudio realizado desde el paradigma positivista. Asimismo, se corresponde con una investigación con diseño bibliográfico de base documental, a propósito de analizar como los preceptos del Nihilismo y el sinsentido, presentado como la nada que expone en sus planteamientos, pueden ser ajustados a esta era moderna y tecnológica.

Cabe destacar que este tipo de estudio, se realiza de manera ordenara y con objetivos bien definidos, a fin de construir conocimientos. Metodológicamente, se fundamentan en la exploración sistemática, rigurosa y profunda de material documental de cualquier clase, utilizando procesos lógicos y mentales propios de toda investigación: análisis, síntesis, deducción, inducción, entre otros (Palella y Martins, 2015; p. 80).

Para el proceso de investigación se han considerado como unidades de análisis, documentos de tipo artículos científicos de revistas arbitradas, libros, ponencias, entre otros, los cuales han permitido indagar en torno a los preceptos del Nihilismo y el sinsentido y abordarlo desde el contexto de la tecnología.

Finalmente, la lógica procedimental envolvió, según Guirao-Goris, et al. (2008), el despliegue de las siguientes fases descritas como:

 

  1. Identificación del tema y definición del objetivo de la indagación documental
  2. Esbozo de los métodos búsqueda de la información.
  3. Rastreo y búsqueda de la información.
  4. Sistematización de los datos recabados.
  5. Análisis e interpretación de los datos
  6. Presentación de la nueva información como cocimiento construido.

RESULTADOS

Lo tecnológico como expresión de decadencia del mundo

La decadencia de la humanidad referida, está a la compresión y reflexión sobre la real carencia de valor ante las cosas importantes, una de ellas “la vida misma” Se vive la vida en un constante correr con el tiempo, con las ocupaciones propias que emergen sin control lo cual hace necesario la simplificación tecnológica, sumergidos en las maquinarias evolutivas de los procesos cotidianos, donde muchas veces no percibimos la belleza a nuestro alrededor, la naturaleza misma carece de importancia, y el sinsentido se apodera de lo verdadero, de lo real. Eso que ahora parece ambiguo, se hace necesario considerar y reflexionar en lo siguiente:

 

La pérdida de sentido que padecemos a raíz de la crisis de los valores tiene su fundamento en el fenómeno del nihilismo, porque en el momento en el que se negó la vida en sí misma, ingresamos a una lógica de la decadencia que tiene como fin último mostrarnos la realidad de nuestros valores absolutos. Si repensamos nuestra época, vemos que, con la llegada del nihilismo hasta nuestros días, se nos ha revelado la cara de las ideas supremas, de las verdades absolutas en las que fundamentamos nuestra existencia; sin el velo de la ilusión y la creencia, se nos presentan como artificios sobre los cuales hemos tratado de dar sentido al mundo y a la existencia. Inevitablemente este fenómeno nos lleva a una pérdida de sentido” (Motato, 2020; p. 133).

 

Este escrito permite hacer inferencia en ¿qué es lo que realmente tiene sentido en la vida? ¿Es acaso necesario considerar la creación o postulación de los nuevos principios y valores que rigen la nueva era y la vida misma? En la actualidad se viven vertiginosos cambios en todos los ámbitos, políticos, económicos , sociales, espirituales mucho más  luego de haber sufrido una crisis sanitaria mundial sin precedentes a causa de la pandemia del Covid 19, donde el número de muertes a nivel mundial aún se calcula y de la cual aún se lleva a una estadística, pensar en cuanto valor tiene la vida puede inducir a dos pensamientos uno positivo y uno negativo, el positivo arraigado en vivir la experiencia de vida plena y sobre todo lo más satisfactoria posible, y el negativo, en cual el individuo es sumergido en la inmoralidad del duelo frustrante por las numerosas pérdidas humanas y emocionales.

Partiendo de esta necesidad, el mundo debió de forma emergente diseñar y ejecutar estrategias para la preservación de la vida y más aun de la reconstrucción del valor de la vida misma. Es así como surgieron una serie de cambios tecnológicos, algunos positivos, algunos negativos y hasta deshumanizadores, donde se sigue buscando el sentido de la vida. De allí que, cabinas con comando de voz para no tocar nada sin tocar nada, inteligencia artificial, robótica, uso de hologramas en las entradas para evitar el contacto físico, impresiones en 3D, drones entre otros en época de coronavirus; son algunos de los ejemplos del tipo de soluciones tecnológicas en las que se ha trabajado para enfrentar la crisis sanitaria vivida durante la pandemia del coronavirus durante esos tiempos de confinamiento.

A medida que trascurrían los días en el periodo pandémico se implementaron algunos aspectos tecnológicos de más avanzada aplicabilidad, como la masificación del dinero digital o criptomonedas, seguridad digital, entre otros, a fin de paliar el impacto económico sufrido tras dos años de aislamiento donde muchas empresas tuvieron que cerrar sus puertas para evitar la propagación del virus en definitiva esa realidad vivida durante 2020-2022, generó cambios trascendentales que modificaron la vida mismas y esto solo para mencionar los aspectos políticos económicos y sociales,  ya que si se hace mención de los golpes psico emocionales padecidos durante la pandemia, y ahora en la era pos pandemia, deberíamos hacer énfasis en los trastornos generados tras los duelos no superados por los datos de muertes que reflejan las estadísticas del coronavirus, así como también las secuelas fisiológicas que dejo para quienes lo padecieron y sobrevivieron a este.   

Todo este escenario actual esta, y lo seguirá en los próximos años, desencadenando profundos cambios en el desarrollo tecnológico. En tal sentido, el grupo financiero global BBVA, expresa:

 

Un reciente informe del Parlamento Europeo recoge algunas de las tecnologías que mayor crecimiento están experimentado durante la crisis por su capacidad para ayudar a combatir la enfermedad y analiza su papel para hacer frente a situaciones como esta en el futuro. “Como la primera gran epidemia de nuestro siglo, el COVID-19 representa una oportunidad excelente para los reguladores y actores políticos para reflexionar sobre la viabilidad legal, la solidez ética y la efectividad del despliegue de tecnologías emergentes en momentos de presión”, explica el informe. Entre ellas destacan los drones, la impresión 3D, la inteligencia artificial y las tecnologías de código abierto, entre otras” (BBVA, 2020; s/p)

 

Esto permite ver como la evolución del mundo sigue su curso. Para bien o para mal, la tecnología ha pasado a ser parte del individuo en un sentido más deshumanizador; donde la emoción, el afecto y el amor se ha vuelto efímero, vacío y hasta tonto. Como lo expresa Bauman en sus escritos sobre la modernidad liquida y más puntualmente a su concepto de amor líquido. “Bauman, las relaciones de la actualidad se basan en el concepto de amor líquido; por lo que es más frecuente que las parejas huyan del compromiso y se nieguen a sacrificar su supuesta libertad individual para abocarse a una sola pareja”

Esto permite ver como la evolución del mundo sigue su curso. Para bien o para mal, la tecnología ha pasado a ser parte del individuo en un sentido más deshumanizador; en cada aspecto de la vida actual se percibe como esta evolución acelerada (mucho más después de una crisis sanitaria mundial como la vivida hasta ahora), lleva al individuo a repensar aspectos intrínsecos, más allá de lo tangible y verlos como algo voluble que hoy están y mañana ya no, pero, que en la misma medida dejaron de ser fundamento del “Ser”; donde lo instituido se diluye, fragmentando así la lógica social lo cual va dejando a la emoción y a  los vínculos cautivos, sean de solidaridad, de afecto, de relaciones familiares, de amistad, de amor, de sexualidad para convertirlos en  efímeros, vacíos y hasta tontos.

Como lo expresa Bauman (2000) en sus escritos sobre la modernidad liquida, se vive una época de incertidumbre, ésta donde ya nada es sólido, donde se evidencia una forma de vida cambiante ya sea en las relaciones laborales, sociales, sentimentales, ya no se piensa en arraigarse en establecer las bases donde el compromiso y el sentido de pertinencia tiende a ser ausente o desaparece, ya no es necesario crear redes de contención, vale la pena ser nómadas e ir por la ruta de la comodidad, una muestra  puntual de eso su concepto de amor líquido. Para Bauman, las relaciones de la actualidad se basan en el concepto de amor líquido; “según su patrón, el miedo al compromiso y a las cosas a las que hay que renunciar, como la libertad, son la razón principal por la cual existe este miedo a comprometerse y a darlo todo por una pareja” (Redondo, 2017; s/p); esto unido al consumismo desbordado ante una sociedad que pareciera que se desborona en su propia decadencia.

Una decadencia donde medida por marcados intereses individuales se hacen de políticas irracionales que llegan a desencadenar conflictos armados y  destrozar el planeta,  donde la ciencia desarrolla iniciativas de autodestrucción y transfiguración, donde la digitalización induce al deterioro psicológico social y emocional llevando al individuo a aberrantes conductas donde la vida misma ya devaluada se hace meritoria de su desaparición y que luego sin aparente duelo es reacomodada con cualquier legislación de antojo e interés irracional movidos por la voluntad de poder, siendo esto como lo expresa Nietzsche:

 

La Voluntad de Poder no es. pues, querer el poder, sino querer ir más allá de uno mismo. Es en esta disposición, en esta decisión en la cual el querer nos arrastra más allá de nosotros mismos, donde reside el hecho de dominar, de tener poder, es decir, de estar abierto en y al querer que nos empuja a sobrepasarnos (Nietzsche, 2006; p.18).

 

Es así como el mundo de esta nueva era, en que Nietzsche advertía, basándose en su: “nada” y “sinsentido”, se vislumbra la brecha en la cual, el que diseña la norma también diseña lo ilícito y donde éste a su vez se disfraza para pasar inadvertido, persuadiéndonos y   llevándonos sin retorno al precipicio donde irremediablemente surgirán nuevas formas de pensamiento y de acción; como consecuencia quizás de luchas internas, por lo que el ciclo parece no terminar, lo que puede también ir llevando al individuo a la pérdida de su propia esencia a no reconocerse, en una suerte de amnesia por  lo que se es, ¿quién soy realmente?, pero también por lo que deba buscar, saber, hacer y volvemos al inicio de lo cuestionable, si lo tiene o le carece, hace que todo parezca una lucha sin fin, desmedida, antagónica y caótica, como parte de la cotidianidad.

 

El Nihilismo como un ámbito desde donde se resetean los valores y principios tradicionales de la existencia humana

Las ideas nihilistas plantean que no hay algo sólido en que creer, ese algo sólido que estaba basado dentro de los principios y valores de orden moral, en el cual se estableció inicialmente la presencia de un Dios, un ser supremo que para Nietzsche ahora era inexistente. Si este Dios, este ser supremo era inexistente como podían tener fundamento sus principios; es allí donde corresponde creer en “la nada”, según su postura. Por lo que es allí donde el mundo debería pensar en que ya no se tiene un propósito, en que ya no hay un sentido real de la vida, en que los valores simplemente son efímeros e incluso puede que sean imperceptibles, decadentes en consecuencia depreciados.

Autores como María Fernanda Motato, de la Universidad de Caldas de Colombia, en su trabajo EL NIHILISMO: UNA LÓGICA DE LA DECADENCIA QUE AFECTA LA VIDA HUMANA, cuestiona y hace reflexión en lo siguiente:

 

 

 

¿Cómo valoramos, entonces, aquello que nos produce la sensación del sinsentido? Se ha dicho a grandes voces que esta época se ha caracterizado por una crisis de los valores (aunque se puede sospechar que en cada época ha existido algún pesimista dispuesto a afirmar lo mismo). Siendo así, ¿qué significa que los valores estén en crisis? Quizá significa que se ha dejado de valorar o que realmente no se hace como debería hacerse. Esta crisis se asocia comúnmente al denominado fenómeno del nihilismo, y es este precisamente el asunto del que se ocupa esta reflexión. Creyendo, como lo hacía Danilo Cruz Vélez (1972), que es esta la preocupación más urgente de nuestra época:

Si no nos estuviera invadiendo una ceguera tenaz para lo que no sea superficial, epidérmico y de primer plano, la cual nos impide mirar en el fondo de donde mana todo lo que está ocurriendo en nuestra época, no habría una ocupación más urgente que la de meditar noche y día sobre el fenómeno del nihilismo. Este fenómeno está a la vista hace mucho tiempo (Motato, 2020; p.125)

 

Es así como en la actualidad,  los valores y principios han perdido validez, tanto  que la práctica de estos es ahora incluso tonta; los avances tecnológicos han permitido concientizar que estos carecen de importancia ya que toda la estructura tecnológica con sus masificación de uso  muestra que todo puede ser más sencillo, simplificado, por lo que aquello que es abstracto  (amor, fe, ética), dejo de ser invaluable y ahora  simplemente carece de valor, es así como en esta era digital algunas veces la presencia física del individuo se puede incluso omitir y eso gracias a la virtualidad, a los avances desenfrenados de la tecnología pareciera que vislumbran el hecho de que es necesaria una deshumanización para poder coexistir dentro de la interacción actual, esto ha ido desvalorado los sentimientos ante el sentido de la vida, y ante la vida misma,  porque éstos ya no tienen importancia real.

Al referir la crisis de los valores se denota entonces la crisis individual que perturba claramente la existencia, ya que los valores son los cimientos de los cuales nos afirmamos, de allí surgen opiniones, creencias, opiniones, perspectivas y toma de decisiones que permitirán guiar el transitar en el mundo. Si los valores presentan una crisis, es decir, están en incertidumbre o fracturados, irremediablemente se va a ver comprometido el equilibrio de la propia existencia. Por ende: “Una crisis individual es la destrucción de todo fundamento subjetivo, todo valor moral que para la persona es positivo porque sobre ella basa lo más importante para sí.” (García & Benítez, 2009; p.108).

Por su parte Luis Felipe Oyarzún Montes expresa en este sentido lo siguiente:

 

 …el nihilismo cognitivo lo voy a comprender como un fenómeno concomitante a un acontecimiento mayor que denomina nihilismo tecnológico en el que debe pensarse como el marco comprensivo hegemónico del mundo posmoderno como veremos el nihilismo tecnológico o tecno capitalista se entraña a su vez con un nihilismo profundamente afectivo es decir patológico caracterizado por una paulatina perdida del sentimiento de existir vale decir perdida del sentimiento de la vida vale la pena ser vivida por ello cuidada acogida elaborada atendiendo con delicadeza a su extrañeza y alteridad el resentimiento y la violencia con los que hoy día sectores importantes de la humanidad busca en reafirmarse (o re-encatarse) así mismos (con nuevos objetos del deseo y localidad) podría quizás comprenderse como una de las consecuencias más expresivas (Oyarzún, 2022; p.221).

 

Lo citado anteriormente entonces, permite corroborar los aspectos de invalidez de la vida esbozados previamente, activando las alarmas para quienes consideran la esperanza futurista de la vida misma.

De allí que, también se hace pertinente hacer mención de lo expresado por Nietzsche sobre los valores:

 

Necesitamos una crítica de los valores morales, hay que poner alguna vez en entredicho el valor mismo de esos valores, y para esto se necesita tener conocimiento de las condiciones y circunstancias de que aquellos surgieron, en las que se desarrollaron y modificaron (la moral como consecuencia, como síntoma, como máscara, como tartufería, como enfermedad, como malentendido; pero también la moral como causa, como medicina, como estímulo, como freno, como veneno), un conocimiento que hasta ahora ni ha existido ni tampoco se lo ha siquiera deseado. Se tomaba el valor de esos valores como algo dado, real y efectivo, situado más allá de toda duda; hasta ahora no se ha dudado ni ha vacilado en lo más mínimo en considerar que él bueno es superior en valor a "el malvado", superior en el valor en el sentido de ser favorable, útil, provechoso por el hombre como tal (incluido el futuro del hombre). ¿Qué ocurriría si la verdad fuera lo contrario? (...) ¿De tal manera que justamente a la moral fuerza culpable de lo que jamás se alcanzasen en potencialidad y en una magnificencia sumas, en sí posibles, el tipo de hombre? ¿De tal manera que justamente la moral fuese el peligro de los peligros? (Nietzsche, 1997; p.28).

 

Claramente en el texto citado, Nietzsche hace una dura crítica a los valores, dándole un carácter ambiguo al valor como tal, lo que invita a reflexionar si realmente los valores son netamente relativos incluso hasta subjetivos al contexto socio histórico individual del hombre en una realidad evolucionada y cambiante.  

Por consiguiente, en una era digital donde la hegemonía de la tecnología es estimada de manera magnifica, donde lo importante paso a ser superfluo, donde el hombre está alienado del individualismo, egoísmo aberrante y por ende desinteresado en el bien común, se hace necesario el reflexionar en: ¿cómo se reconstruirá la conciencia social, la moral y la ética de las cosas, el amor por el planeta, la naturaleza y la vida misma? Si aún vivimos absortos en la inestabilidad, en la indolencia, sumergidos en la superficialidad de las cosas. Toca revalorar inexorablemente cada aspecto de la vida, reacomodando su verdadero propósito, reconstruyendo ese cimiento ético moral ausente, de forma articulada engranando cada aspecto a fin de que la felicidad sea.

Cabe hacer énfasis que, para Nietzsche, “el nihilismo tiene dos aspectos: uno negativo, entendido como la decadencia de los valores tradicionales, apareciendo como el estado de los espíritus fuertes que niegan activamente estos falsos valores; y, otro positivo, como acción negadora de los falsos valores y como reflexión sobre los motivos que han conducido a él, esto es ámbito que prepara el camino para el advenimiento del transhombre” (Encyclopaedia Herder, 2017).

De allí que se pueda repensar en la oportunidad de rediseñar los nuevos valores y principios de esta era, donde se pueda interpretar o bien desde el pesimismo o desde la esperanza, considerando cuales son las verdaderas carencias y necesidades a cubrir, donde la esencia del hombre y para el hombre predomine en la búsqueda de su bienestar y armonía y desde donde su individualismo lo lleva a buscarse a sí mismo, en pro de sí mismo y de su verdadera existencia.

 

CONCLUSIONES

El Nihilismo  como precepto se puede definir como una postura incrédula y ambigua en algún punto sarcástica y cínica, donde el sinsentido que presentado como la nada, marca la pauta de una presunción incoherente, que puede verse desde la transvaloración y la desvaloración al mismo tiempo, los nihilistas seguidores de Nietzsche se ven envueltos en una ausencia fatídica de un Dios, entendiendo que su fundamento no tiene representante, aun cuando estos elementos dogmáticos pudieran aparecer, ellos simplemente los omiten  y guardan la convicción de que la existencia es definitivamente absurda si se trata de los más costosos valores que se puedan reconocer.

En esta era moderna ha sido sorprendente el crecimiento tecnológico y científico que se ha experimentado, pero también ha sido muy grande la pérdida de los valores éticos y morales de nuestra sociedad, produciendo con ello eventos vergonzosos como la corrupción desmedida y la devaluación de la vida misma, entre otros. A causa de la voluntad de poder que se va filtrado a toda la sociedad, se evidencia una crisis del sentido de la vida; sorprende la indiferencia con el que la sociedad contempla lo devaluado de los principios siendo participes y espectadores del caos, contemplando así el estado decadencia ya que esos valores han sido sustituidos por la vileza desmedida, siendo víctimas, pero a la vez victimarios de conflictos internos donde el ser reclama su propia existencia.

Se hace necesario que se reconstruyan los valores morales (en todos los ámbitos), esos que no se consiguen en el mercado, la ética esa que no tiene un precio, en el mundo actual donde todo se compra y donde todo se vende, hasta este punto se convierte en un derecho y una obligación, restaurarlos de manera inequívoca para el futuro y para reconocerse y ser reconocido desde nuestra existencia, instruida, evolucionada, es de hacer ver que lo cotidiano no se convierta en normalidad siendo esto capaz de volver de piedra a nuestros corazones, ya que estos vendrán a marcaran el ritmo de verdadera existencia.

Quedando así para la reflexión ¿Es entonces el nihilismo ese chip que posibilita la incidencia del hombre con creciente poder de acción y reflexión para así liberarse y emancipándose de falsos valores que surgen del interés individual y de la realidad socio histórica particular marcada por la tecnología?

 

FINANCIAMIENTO

No monetario.

 

AGRADECIMIENTO

A todos los colaboradores que formaron parte de esta investigación.

 

REFERENCIAS CONSULTADAS

 

Ávila, R. (2007). Heidegger y el problema de la nada: La crítica a la posición de Nietzsche. Pensamiento, 63(235), 59-79. Recuperado de https://acortar.link/BrtKDR

 

Bauman, Z. (2000). Modernidad Liquida. Recuperado de https://cutt.ly/FCz0i1v

 

BBVA. (2020). Identidad digital, ‘machine learning’ y criptografía avanzada: los cambios tecnológicos de la era post COVID-19. Recuperado de https://onx.la/08e10

 

De Reyna, A. (1997). Heidegger y la esencia del nihilismo. Bira, 24, 537-549. Recuperado de https://onx.la/a7c71

 

Encyclopaedia Herder. (2017). Nihilismo. Encyclopaedia Herder. [Versión en Electrónica]. Barcelona, España: Herder Editorial S.L. Recuperado de https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Nihilismo

Fernández, T. y Tamaro, E. (2004-2022). Biografia de Friedrich Nietzsche. La enciclopedia biográfica. [Versión en Electrónica]. Barcelona, España. Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/n/nietzsche.htm

 

Flores Cienfuegos, G. (2010). Nihilismo, Último Hombre y Superación de la Metafísica. (Tesis de maestría). Recuperado de https://onx.la/12ad2

 

García, P. y Benítez, M. (2019). La crisis de los valores: Nietzsche y Lewis. Claridades. Revista de filosofía, 1(1), 107-119. http://dx.doi.org/10.24310/Claridadescrf.v1i0.3945

 

Guairao-Goris, J., et al. (2008). Artículo de revisión. Revista Iberoamericana de Enfermería Comunitaria, 1(1), 6. https://onx.la/935bf

 

Iglesias, L. (2018). Nihilismo: creer en la nada. España: Filosofía & Co. Recuperado de https://www.filco.es/nihilismo-no-creer-en-nada/

 

Martínez, J. (2004). El Nihilismo en la Metafísica de Nietzsche. (Tesis de pregrado). Recuperado de https://onx.la/c86c8

 

Motato, M. (2020). El nihilismo: una lógica de la decadencia que afecta la vida humana. Revista Chakiñan de Ciencias Sociales y Humanidades, 11, 121-134. Recuperado de https://www.redalyc.org/journal/5717/571764774010/html/

 

Nietzsche, F. (s/f). La Gaya Ciencia. Recuperado de https://www.guao.org/biblioteca/la_gaya_ciencia

 

Nietzsche, F. (2006). La voluntad de poder. Recuperado de https://ferrusca.files.wordpress.com/2013/08/voluntad-de-poder.pdf

 

Nietzsche, F. (1997). La genealogía de la moral: Un escrito polémico. Recuperado de https://onx.la/7d61e

 

Oyarzún, L. (2021). El nihilismo tecnológico y los desafíos del pensamiento crítico. Una macrofilosofía del presente. (Tesis doctoral). Recuperado de https://n9.cl/810e6

 

 

Palella, S. & Martins, F. (2015). Metodología de la Investigación Cuantitativa. Caracas. FEDUPEL.

 

Redondo, M. (2017). 5 ideas de Zygmunt Bauman que retratan a la sociedad moderna. Madrid, España: Hipertextual SL. Recuperado de https://hipertextual.com/2017/01/5-ideas-bauman

 

Uriarte, J. (2022). Nihilismo. Caracteristicas.co. [Versión en Electrónica]. Buenos Aires, Argentina: Etecé Enciclopedias Inteligentes. Recuperado de https://www.caracteristicas.co/nihilismo/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

©2022 por los autores. Este artículo es de acceso abierto y distribuido según los términos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0) (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).