DOI 10.35381/cm.v8i4.843 

 

Inteligencia emocional para el mejoramiento del rendimiento escolar en los adolescentes gabrielinos en pandemia

 

Emotional intelligence for the improvement of school performance in gabrielian adolescents in pandemic

 

 

 

 

Wendy Jhoset Román-Sánchez

ep_wjroman@uotavalo.edu.ec

Universidad de Otavalo, Otavalo, Imbabura

Ecuador

https://orcid.org/0000-0001-6623-7738

 

María Esthela Perugachi-Cachimuel

ep_meperugachi@uotavalo.edu.ec

Universidad de Otavalo, Otavalo, Imbabura

Ecuador

https://orcid.org/0000-0003-4172-8690

 

Jesús Antonio Gómez-Escorcha

jgomez@uotavalo.edu.ec

Universidad de Otavalo, Otavalo, Imbabura

Ecuador

https://orcid.org/0000-0002-9463-368X

 

 

 

 

Recibido: 01 de mayo 2022

Revisado: 25 de junio 2022

Aprobado: 01 de agosto 2022

Publicado: 15 de agosto 2022

 

 

 

 

 

RESUMEN

La presente investigación tuvo como objetivo general, estimular la inteligencia emocional (IE) para mejoramiento del rendimiento escolar en los adolescentes de bachillerato de la Unidad Educativa “Gabriela Mistral” en el periodo 2020-2022. Para ello, se utilizó la metodología descriptiva con un enfoque cuali-cuantitativo. Los sujetos de investigación fueron 187 estudiantes de Bachillerato. Las técnicas se basaron en observaciones, encuestas y entrevistas. Los resultados demuestran que el factor socioemocional de los adolescentes se vio afectado a causa de la pandemia y el confinamiento, provocando inestabilidad emocional, desinterés, desmotivación que, con el tiempo, ha desencadenado bajo rendimiento escolar. Como conclusión, se constató que el manejo de las emociones es fundamental para enfrentar situaciones difíciles en el diario vivir, por consiguiente, se considera primordial para tener una salud emocional estable como pilar para el desarrollo de la sociedad.

 

Palabras clave: Inteligencia emocional; pandemia; COVID-19; rendimiento escolar. (Tesauro UNESCO).

 

 

 

 

ABSTRACT

The general objective of this research was to stimulate emotional intelligence (EI) to improve high school adolescents’ performance at “Gabriela Mistral” Educational Unit in the period 2020-2022. For this purpose, the descriptive methodology with a quali-quantitative approach was used. The research subjects were 187 high school students. The techniques were based on observations, surveys and interviews. The results show that the adolescents’ socio-emotional factor was affected by the pandemic and the confinement, causing emotional instability, disinterest, demotivation which, over time, has triggered low school performance. In conclusion, it was found that the management of emotions is fundamental to face difficult situations in daily life; therefore, it is considered essential to have a stable emotional health as a pillar for the development of society.

 

Keywords: Emotional intelligence; pandemic; COVID-19; school performance. (UNESCO Thesaurus).

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

El rendimiento académico hace referencia a la evaluación del conocimiento adquirido en el ámbito escolar. Este tiene como propósito, según (Lamas, 2015, p. 316), “alcanzar una metaeducativa, un aprendizaje”. Un estudiante con buen rendimiento académico es aquel que obtiene calificaciones positivas en todas las formas de evaluación, es una medida de las capacidades del alumno para expresar lo que aprendió en el proceso formativo. Para definir el rendimiento escolar se puede citar a (Albán & Calero, 2017), quienes establecen lo siguiente:

 

En general, el rendimiento escolar, en su aspecto dinámico, responde al proceso de aprendizaje, como tal, está ligado a la capacidad y esfuerzo del estudiante; y en su aspecto estático comprende al producto del aprendizaje generado por el estudiante y, por tanto, expresa el aprovechamiento de las influencias empleadas en el proceso de enseñanza aprendizaje con concreción en sus diferentes niveles de concreción. (p. 214).

 

Por lo tanto, determina los logros académicos del estudiante en su desempeño dentro y fuera del aula. Determinar el rendimiento escolar generalmente está ligado a una escala de calificación en la que se evidencia el esfuerzo del estudiante en todas sus actividades académicas.  (Albán & Calero, 2017) hacen mención que:

 

El rendimiento académico de un estudiante, un grupo escolar, un centro educativo y sus análisis a niveles macro, no solo se asumen como un criterio esencial en la determinación de los niveles de calidad educativa, también expresan el nivel de esfuerzo, de los implicados, pero, los resultados que se obtienen se expresan en una nota o cualidad que se le atribuye (p. 214).

 

En tal sentido, la apreciación acerca del desenvolvimiento estudiantil puede ser cualitativa o cuantitativa. Vale acotar que se han realizado estudios sobre la calidad de la educación en 163 países, los cuales cubren el 90% de la población mundial a través de las pruebas PISA y TIMSS, estos han detectado que el bajo rendimiento escolar va incrementándose cada día.

Es menester precisar que la familia, la escuela y el docente forman parte importante del rendimiento académico y que de ellos depende un resultado positivo o negativo en el aprendizaje. El bajo rendimiento escolar es un problema que aqueja al mundo entero debido a varios factores que lo determinan, desde el contexto familiar, social y económico hasta factores personales que influyen en la motivación hacia el cumplimiento de obligaciones adquiridas en la escuela.

Con base en la situación expuesta y a raíz de la pandemia COVID-19 que azotó al mundo, la mayoría de las personas no llegó a imaginar el impacto que tendría este virus en el mundo entero. La tradicional rutina de día a día sufrió un giro radical y la educación no fue la excepción. CEPAL-UNESCO (2020) afirma:

 

En el ámbito educativo, gran parte de las medidas que los países de la región han adoptado ante la crisis se relacionan con la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles, lo que ha dado origen a tres campos de acción principales: el despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de formatos y plataformas (con o sin uso de tecnología); el apoyo y la movilización del personal y las comunidades educativas, y la atención a la salud y el bienestar integral de las y los estudiantes. (p. 1).

 

Sin embargo, los estudiantes por sus limitados recursos no contaron con acceso a la nueva modalidad de estudio virtual ocasionando frustraciones, por tal razón, (Crespo y Palaguachi, 2020), indican que actualmente se requiere del uso de las tecnologías como alternativa de solución para dar continuidad a la educación, ya que constituyen herramientas idóneas para la enseñanza y el aprendizaje, especialmente, en tiempos de pandemia.

Con la llegada de dicha pandemia, algunos derechos a la educación se vieron afectados a causa de las limitaciones por el confinamiento y las normas de bioseguridad adoptadas para evitar los contagios. El Estado Ecuatoriano en la búsqueda de soluciones a la problemática dentro del ámbito educativo proveyó del plan educativo

Aprendamos Juntos en Casa, apoyado en la (Constitución de la República del Ecuador, 2008), en la cual se establece que:

 

Art. 26.- La educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del Estado. Constituye un área prioritaria de la política pública y de la inversión estatal, garantía de la igualdad e inclusión social y condición indispensable para el buen vivir. Las personas, las familias y la sociedad tienen el derecho y la responsabilidad de participar en el proceso educativo. (p. 17).

 

Así mismo otro de los documentos legales que establece el derecho a la educación es la (Ley Orgánica de Educación Intercultural, 2017, p. 18), en el artículo 4, donde menciona que la educación “es un derecho humano fundamental
garantizado en la Constitución de la República y condición necesaria para la
realización de los otros derechos humanos”.

Desde dichas concepciones, se hace necesario fomentar en el estudiante la motivación hacia el estudio y hacia su desarrollo integral, a fin de lograr un proceso formativo óptimo que le permita mantener un rendimiento escolar alto y que lo conduzca al éxito.

Sin embargo, a raíz de la pandemia, el rendimiento escolar de los estudiantes se vio afectado a causa de los diferentes factores que lo determinan, evidenciando que los estudiantes que se esforzaban en presentar las tareas, se fueron desmotivando. Por consiguiente, debido a la pandemia COVID-19 se dieron muchos cambios en el sistema educativo, en el entorno familiar y en el emocional, los cuales afectaron a los estudiantes. Cabe resaltar, que los problemas ya se venían presentando pero, a causa de la pandemia, se incrementaron notablemente incidiendo en el rendimiento escolar.

Por lo antes referido la pandemia del COVID-19 ha golpeado fuertemente al Ecuador, no solo en lo sanitario, sino en lo social, lo económico y lo político. De acuerdo a (Ortiz y Fernández, 2020, p. 8), “Las estadísticas oficiales (que distan mucho de la realidad) han expuesto, a través de las autoridades de gobierno, que más de 85.000 personas se han infectado a nivel nacional matando a más de 9.000 residentes de nuestro país”. En el Ecuador, la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia del COVID – 19 se produjo en el mes de marzo de 2020 y, fue a partir de ahí, que se aplicaron las normas de bioseguridad.  

En el desarrollo de la presente investigación, además de lo que ha sido mencionado, se detectó el incremento de problemas emocionales como estrés, ansiedad, depresión, desesperación, irritabilidad, enfado, etc., que aquejaron a todos los niveles sociales, culturales y económicos, evidenciándose cambios más notorios en los adolescentes y, por ende, en su rendimiento académico. La nueva normalidad, la falta de contacto físico con la familia, amigos y compañeros, el estudio realizado desde casa, la modalidad de teletrabajo, el cambio de hábitos en familia, han provocado alteraciones en la forma de actuar de las personas afectando sus emociones.

El cambio en el comportamiento de los estudiantes fue evidente, por consiguiente, el nivel de rendimiento bajó considerablemente incluyendo en aquellos que tenían promedios altos. La asistencia a clases virtuales sufrió un descenso, y también se evidenció desmotivación en el aprendizaje. Sobre este cambio drástico, (Genibert, 2020, p. 3) menciona que: “la educación virtual podría llegar a considerarse una educación superficial”, quizá porque aún existen dudas acerca de un proceso efectivo mediado por las tecnologías. 

Los cambios emocionales provocaron agresividad, irritabilidad en los hogares, muchos jóvenes se mostraban depresivos, tristes, ansiosos, debido a la falta de interacción social. En este sentido, (Cohen et. al., 2021, p. 109) afirman que “La pandemia por COVID-19 y el aislamiento social y obligatorio, impactaron el estado de ánimo, las conductas y las emociones de los niños y adolescentes. Predominaron los sentimientos negativos, como aburrimiento, tristeza, angustia y preocupación”.

Además, numerosos jóvenes se convirtieron a temprana edad en cabezas de hogar, debido a que sus padres perdieron los empleos y ellos se vieron en la necesidad de salir a trabajar, situando en segundo plano la parte académica.

Otro cambio que se evidenció fue la deserción escolar por falta de recursos económicos, equipos móviles y acceso a internet. Inclusive, muchos hogares tomaron la decisión de retirar a sus hijos del sistema educativo para que continuaran al culminar la pandemia. Hay hogares que cuentan con un solo dispositivo móvil que no cubre las necesidades de varios hijos en una familia.

En este sentido, se considera que la pandemia ocasionada por el COVID-19, generó la limitación del normal funcionamiento de varias actividades, principalmente, en salud y educación, afectando considerablemente las emociones de los estudiantes e incrementando el bajo rendimiento escolar, forzando también, a los docentes a buscar nuevos procedimientos en el ámbito educativo para lograr el cumplimiento de los objetivos educativos. Aunado a esto, (Espada et. al, 2020, p. 1) señalan que: “tras la cuarentena, si se mantienen rutinas y hábitos saludables y se proporcionan los apoyos necesarios por parte de los cuidadores, es esperable que la mayoría de niños y adolescentes recuperen su funcionamiento normal”.

Ante lo señalado, es importante que los docentes exploren mecanismos para promover el manejo de las emociones, enfocando su trabajo en el desarrollo de las habilidades cognitivas y en la ejecución de las actividades artísticas y emocionales, a fin de que los estudiantes se expresen de forma libre. Así lo manifiesta (Cruz, 2014):

 

Se debe intentar conectar con los sentimientos, los deseos, las vivencias, los conflictos, las necesidades, los intereses de los alumnos y alumnas, y establecer complicidad con ellos  y  ellas.  Así se podrá ayudar a construir una estructura personal adecuada y a  dotarles de capacidades para relacionarse socialmente. (p. 2)

 

Es por ello que el docente debe tener presente no sólo sus sentimientos sino también los del aprendiz, por cuanto esto le ayuda a conocer mejor al mismo y a realizar tareas motivadoras que despierten sus intereses hacia el aprendizaje. Por su parte, (Alviárez & Pérez, 2009) subrayan el papel del docente frente a la inteligencia emocional.

 

El docente emocionalmente inteligente, en sus relaciones académicas con sus estudiantes, es receptivo, sensible a los cambios generados en clase; estos cambios se dan cuando el estudiante interviene para aportar sus ideas. Al generarse distintos puntos de vista entre los alumnos, el profesor reflexiona y actúa, se dispone afectiva e intelectualmente para la conducción de la dinámica (p. 9-10).

 

El docente, como parte fundamental de la formación de los estudiantes en lo afectivo y cognitivo, debe manejar temas relacionados a la inteligencia emocional (IE), ya que es un referente importante para los estudiantes, siendo un modelo a seguir.

Es propicio destacar que debido al bajo rendimiento escolar causado por la pandemia de la COVID- 19, se planteó como objetivo: estimular la inteligencia emocional (IE) para el mejoramiento del rendimiento escolar en los adolescentes de bachillerato de la Unidad Educativa Gabriela Mistral en el periodo 2020-2022. También, es necesario indicar que, para cumplir con el objetivo planteado y la pregunta de investigación, fue necesario analizar tres aspectos fundamentales: la dimensión familiar, la dimensión emocional y la dimensión educativa.

 

METODOLOGÍA

Con base en el objetivo general planteado, el presente artículo de investigación se llevó a cabo bajo una metodología descriptiva con un enfoque cuali-cuantitativo mixto, con el fin de mostrar los hechos tal como se suscitan. Las técnicas empleadas fueron: la encuesta, la entrevista y la observación y los instrumentos empleados lo constituyeron los cuestionarios y el diario de campo, los cuales se aplicaron a estudiantes, docentes, personal del DECE y autoridades de la Unidad Educativa Gabriela Mistral. La muestra investigada fue de 187 estudiantes.

 

 

 

 

RESULTADOS

La observación se realizó a fin de analizar los tres aspectos fundamentales que se describieron previamente: familiar, emocional y educativo. De este modo, se reportaron los hallazgos identificados durante el confinamiento ocasionado por la pandemia de la COVID-19, por lo tanto, existieron casos reportados en el DECE descritos por 30 estudiantes de primero de bachillerato, 42 estudiantes de segundo de bachillerato y 35 estudiantes de tercero de bachillerato.

En este sentido, se evidenció que, en el enfoque familiar, a pesar de contar con una familia funcional, el confinamiento obligatorio ocasionó varias emociones negativas, las cuales se reflejaron en el comportamiento frente a los padres de familia.

En el ámbito emocional, los estudiantes no pudieron expresar sus emociones, puesto que empezaron a sentir agresividad, ansiedad, depresión, frustración, entre otros.  Finalmente, en el aspecto educativo, se percibieron cambios importantes debido a la nueva modalidad de estudio virtual que implicó el incumplimiento de las actividades, generando así preocupación en los docentes, quienes tuvieron que adaptar una nueva metodología de enseñanza – aprendizaje, con la finalidad de lograr la promoción de los estudiantes al nuevo año lectivo y evitar la pérdida de año escolar. 

 

En cuanto a las encuestas y entrevistas

En este apartado, se presentan, de igual forma, los hallazgos más importantes en cuanto a las tres dimensiones planteadas: familiar, emocional y educativa, las cuales se detallan a continuación:

En cuanto a la dimensión familiar, se determinó que un 48% vive con sus padres y hermanos, el 32% con sus madres y hermanos y un 19% con su padre y madre, considerándose que tienen un hogar conformado, por lo menos, una figura materna o paterna. Es evidente que la mayoría de los estudiantes viven dentro de una familia funcional conformada por padre y/o madre.

En cuanto a la recreación familiar, el 79% determinó que sí realizaban actividades recreativas con sus familiares y un 21% no. Por otra parte, para conocer si existen en el hogar demostraciones de afecto familiar, se evidencia que, un 73% manifestó que sí existe afecto familiar en su hogar, mientras que un 27% señaló no recibir demostraciones de afecto por parte de sus padres o familiares más cercanos, poniendo en evidencia a este grupo, como el más vulnerable a sentir emociones negativas.

En relación a los problemas intrafamiliares, un 53% manifestó que sí se presentan ciertas situaciones y que mucho tiene que ver con las carencias económicas de sus padres, mientras que un 47 % indicó que no existe con frecuencia este tipo de situaciones.

Ahora bien, con respecto al estado emocional de los estudiantes durante el confinamiento, los resultados reportaron que, un porcentaje mayoritario del 33%, se denominaron estresados, ansiosos y desesperados; el 24% sentían depresión y pesimismo; un 18% indicaron sentirse aburridos, apáticos y con falta de iniciativa, un 15% manifestaron sentirse tristes, preocupados e inseguros; un 9% determinó sentirse irritable, agobiados, enfadados, coléricos; un 1%  manifestó sentir ideas suicidas, considerando que, de acuerdo a lo manifestado, los estudiantes presentaron problemas emocionales.

Para determinar el control o autocontrol emocional en el sujeto investigado, se evidenció que, el 31% se siente estresado, ansioso y desesperado; un 25% señaló sentirse aburrido y apático; un 20% manifestó sentirse triste, preocupado e inseguro; un 14% sintió irritabilidad, enfado e ira y un 10% expresó sentir depresión y pesimismo. Estos resultados permiten concluir que los estudiantes cambiaron radicalmente sus emociones, ocasionando un efecto negativo en ellos.

Para diagnosticar la afectación del cambio drástico en los estudiantes y sus compañeros, se les preguntó si extrañaban la convivencia con los compañeros y amigos de estudio, al respecto, señalaron en su mayoría que sí en un 94%, lo que demuestra que a los estudiantes les hace falta la convivencia entre sus pares para desarrollar habilidades socioemocionales. Sin embargo, un 6% acotó que prefieren recibir clases en forma virtual.

Respecto al ámbito educativo, se evidenció que un 60% poco comprende la modalidad virtual, un 35% la comprende mucho y un 5% no la comprende. En cuanto a conocer qué tan estresante fue para el estudiante el aprendizaje virtual durante la pandemia de la COVID-19, se pudo determinar que en un 52% fue poco, un 42% mucho y un 6% nada. Con estos resultados, se demostró que el estrés, la depresión, la ansiedad, etc., en los estudiantes, incrementó significativamente debido a la nueva modalidad de estudio derivada de la pandemia. De igual manera, para conocer la opinión de los estudiantes sobre la efectividad del aprendizaje virtual, se evidenció que, el 16% la consideró efectiva y el 84% no, acotando que preferían la modalidad presencial.  

Para concluir, respecto a la pregunta sobre los promedios, los estudiantes respondieron que un 68% tiene un promedio de 7 a 8, mientras que un 26% tiene de 9 a 10 y el 6% tiene promedios inferiores a 7. Dichos resultados permiten precisar que un alto porcentaje se mantiene en un nivel aceptable, ya que, por disposiciones ministeriales, se concedió mucha facilidad a los estudiantes, especialmente, a aquellos con problemas de conectividad, pudiendo así presentar las actividades con un mínimo esfuerzo.

 

CONCLUSIONES

Es evidente que, con la investigación realizada, se observó de manera global, el cambio de comportamiento emocional ocasionado por las condiciones de confinamiento en los estudiantes de bachillerato de la Unidad Educativa Gabriela Mistral. A esto se suma la aplicación de nuevos procedimientos telemáticos y virtuales, que, para la mayoría de los estudiantes era algo nuevo y no funcional, generando de este modo, una perspectiva de condiciones nuevas que limitaban el normal ejercicio de la enseñanza y el aprendizaje.

También, se puede concluir que los estudiantes de bachillerato de la Unidad Educativa Gabriela Mistral, en su mayoría, pertenecen a hogares funcionales y tienen un número de hermanos promedio, lo que ha generado que dichos estudiantes obtengan un mayor grado de responsabilidad en sus tareas.  De igual forma, se evidencia que las afecciones emocionales causadas por la pandemia de la COVID-19, incidieron en la estabilidad y salud emocional, repercutiendo, además, en el rendimiento académico y el compromiso educativo.

También es necesario mencionar que los docentes no se presentan como un apoyo emocional para los estudiantes, sin embargo, se han preocupado por buscar alternativas en pro de propiciar un trato agradable dentro y fuera del aula, además de despertar la motivación de los mismos hacia el aprendizaje. A pesar de que la socialización es primordial para mantener un nivel socioemocional adecuado que contribuya a desarrollar habilidades sociales, se evidencia un impedimento debido al confinamiento.

Todos los aspectos mencionados anteriormente, influyeron en el rendimiento escolar de los estudiantes, ya que no se sintieron comprometidos con la nueva modalidad de estudio, deteriorándose así su estabilidad emocional. Por tal razón, es necesario desarrollar habilidades socioemocionales en los estudiantes, para que estos puedan controlar asertivamente sus emociones ante circunstancias inciertas y desconcertantes como las que actualmente se presentaron a causa de la pandemia. 

 

FINANCIAMIENTO

No monetario.

 

AGRADECIMIENTO

A estudiantes, docentes, personal del DECE y autoridades de la Unidad Educativa Gabriela Mistral.

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS CONSULTADAS

 

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