Estudio
fenomenológico de la resiliencia: una visión desde la experiencia del docente
universitario
Phenomenological study of resilience: a vision from
the
experience of the university teacher
Yusmania Emili Coello
Universidad
Nacional Experimental Francisco de Miranda.
Venezuela
Recibido: 10/07/2017
Aprobado: 25/08/2017
RESUMEN
A continuación se
ofrece el estudio de la resiliencia desde la perspectiva del docente
universitario. El propósito giró en torno a comprender los significados de
resiliencia derivados de la experiencia docente al afrontar situaciones
adversas en su vida cotidiana. Se trata de un estudio de naturaleza cualitativa
que se desarrolló desde la tradición de la fenomenología hermenéutica de
Heidegger (2010). Los resultados indican que la resiliencia es un concepto
positivo que equivale a capacidad, habilidad, destreza y competencia humana,
que se vale del optimismo, de la perseverancia, de la lucha, del aprendizaje y
re-aprendizaje, del vivir y revivir mediante la dinámica de mecanismos
emocionales, cognitivos y socioculturales. De allí que, las estrategias empleadas
por el docente ante estas situaciones son la automotivación, autocontrol,
confianza en sí mismo y en el otro, respecto, humildad, tolerancia; pero
principalmente, se maneja con dos elementos clave y complementarios como los
son: i) el pensar fenomenológico, que es reflexionar para entender y comprender
la situación vivida y poder tomar las decisiones acertadas y favorables y ii)
el diálogo abierto y flexible, basado en el preguntar y repreguntar para mediar
posiciones, ideas, pensamientos divergentes, valores, entre otros aspectos
requeridos al momento de afrontar una realidad adversa.
Palabras
clave: resiliencia, fenomenología hermenéutica, experiencia
docente
ABSTRACT
The following is a
study of resilience from the perspective of university teachers. The purpose
was to understand the meanings of resilience derived from the teaching
experience in facing adverse situations in their daily lives. This is a
qualitative study that developed from the tradition of Heidegger's (2010)
hermeneutic phenomenology. The results indicate that resilience is a positive
concept that equals human ability, ability, skill and competence, which is
based on optimism, perseverance, struggle, learning and re-learning, living and
reviving through dynamics Of emotional, cognitive and sociocultural mechanisms.
Hence, the strategies used by the teacher in these situations are
self-motivation, self-control, self-confidence and respect, humility, tolerance;
But mainly, it is managed with two key and complementary elements as they are:
i) phenomenological thinking, which is to reflect to understand and understand
the situation and to make the right and favorable decisions; and ii) open and
flexible dialogue based on The questioning and re-examination to mediate
positions, ideas, divergent thoughts, values, among other aspects required when
confronting an adverse reality.
Key words: resilience,
hermeneutic phenomenology, teaching experience
INTRODUCCIÓN
Hay que reconocer que la resiliencia es una
capacidad humana asociada a la entereza más allá de la resistencia. Esto
significa que es la habilidad, destreza o competencia adquirida por el
individuo que le permite sobreponerse a un estímulo adverso, con actitud y
firmeza, con optimismo, y confianza. De allí el hecho de asumir que la
resiliencia constituye un proceso dinámico, constructivo, interactivo,
sociocultural que se manifiesta en distintos niveles de naturaleza biológica,
neurofisiológica y social en atención a estímulos externos.
Se parte del hecho que en la vida hay
momentos difíciles, críticos, cargados de crisis, desesperanzas, en los que
sentimos que todo está en contra, que estas situaciones llegan de manera
imprevista y obligan a tomar decisiones para la cual hay que saber manejar
emociones, conocimientos y aspectos socioculturales que inciden en la situación
que se afronta. Este manejar es una capacidad que desarrolla el ser humano,
pues todo ser es capaz de recuperarse, salir adelante y fortalecido. Es una
capacidad humana de superación, bien sea por coraje, talento, espíritu de
mejora, entre otras que todos las personas llevamos dentro, Kateb. (2011).
Dicho
esto, precisa declarar que el estudio que aquí se presenta trata sobre la
resiliencia, cuyo propósito se orienta a comprender los significados de
resiliencia derivados de la experiencia docente al afrontar situaciones
adversas en su vida cotidiana. Se trata de un estudio de corte cualitativo que
se inscribe en la tradición fenomenológica de Martín Heidegger (2010), por tratarse de una
metodología con tendencia naturalista e interpretativa orientada a descubrir y
comprender los comportamientos y sentidos de la fenómeno; es un proceso que se
crea, es un arte, su producto o hallazgos es una obra de arte. Esto es lo que
Denzin y Lincoln (2012.p.49) refieren como “investigación bricoleur”.
La
selección de la fenomenología hermenéutica obedece a que es un método que
permite develar lo que está oculto, sacar lo escondido como verdad. Es una
tarea investigativa que implica desistir de la apariencia para develar el ser a
nivel de su estructura y significatividad; así como, identificar el sentido arrojado en las
palabras más profundas manifestadas por el ser, para finalmente, desmontar algo
que ya está montado e ir a los elementos fundamentales que lo constituyen.
Por otra parte, hay que destacar que la
selección de los informantes clave del estudio requiere de la habilidad del
investigador para identificar al sujeto que le proporcione información
pertinente sobre el foco que se explora. En este sentido, para el presente
estudio se ha decido ubicar como unidad de análisis a tres (03) docentes
universitarios correspondientes a la Universidad Politécnica Territorial de
Falcón “Alonso Gamero”.
DESCRIPCIÓN
DE LA SITUACIÓN PROBLEMÁTICA
La resiliencia es la capacidad que posee el
ser humano para afrontar la adversidad; se caracteriza por salir fortalecido,
alcanzando un estado de excelencia profesional y personal a partir de la
situación vivida. Desde la psicología positiva Seligman (1999), se considera
que las personas más resilientes son aquellas que logran un mayor equilibrio
emocional frente a las situaciones de estrés, gestionando mejor la presión.
Esto implica autocontrol frente a los acontecimientos y mayor capacidad para
afrontar los desafíos.
De lo dicho puede interpretarse que la
resiliencia, es el convencimiento que tiene la persona en poder superar los
obstáculos de manera exitosa, no imagina la posibilidad de la derrota aunque
los resultados estén en contra; a partir de la adversidad surge un
comportamiento ejemplar orientado a destacar en situaciones de incertidumbre
con resultados altamente positivos.
Se está consciente
de que la sociedad actual es el reflejo de que se encuentra dominado hoy en día
por la tecnología, la complejidad y la globalización. Ante esta realidad,
Grinberg (1999) sostiene su idea en que la necesidad de la figura de un nuevo
líder educativo que posea; por un lado,
entendimiento y conocimiento; por el otro, desarrolle la habilidad para crear
espacios y prácticas en un marco de respeto promoviendo los valores de una
nueva sociedad, tales como la democracia, la equidad, la diversidad y la
justicia social.
De hecho, el
referido autor, al ubicarse en el plano del ser humano, es partidario de una
perspectiva de desarrollo co-participativa, en la cual los hombres y mujeres
son co-creadores del universo futuro, lo que constituye un reto que el hombre deben
asumir con compromiso y responsabilidad, en consecuencia se contempla la
evolución armónica del ser humano en las dimensiones de: ser, estar, saber y
tener (Grinberg, 2006).
Desde esta
perspectiva humana y co-creadora del universo futuro, se inscribe el docente
universitario como agente formador y co-creador de conocimientos, conductas,
valores y actitudes en los estudiantes. Por consiguiente, conviene pensar la
resiliencia como una capacidad innata en este agente, de allí que Valles (2014)
considere necesario incluir en la formación del docente aspectos relacionados
con la resiliencia.
Esta inclusión es
necesaria ante el mundo complejo que se vive hoy en día, en el que se exige
mayor capacidad para enfrentar las adversidades, los desafíos del entorno
cambiante e inestable y sobre todo, ante la necesidad de hacer uso de la
creatividad en situaciones de crisis y conflictos. No obstante, se observa que
muchos docentes se dejan invadir por sus emociones ante estas situaciones,
demostrando falta de autocontrol para manejarse en escenarios caóticos, razón
por la cual Valles (2014) sugiere incluir una formación resiliente que permita
la adaptación de la persona resiliente que enfrenta la adversidad, desarrollar
una conciencia colectiva humanitaria y la espiritualidad como condición
fundamental del docente que promueve experiencias resilientes.
Cabe destacar que,
el docente universitario está sometido continuamente a eventos inciertos,
indeterminados, conflictivos, caóticos, estresantes y problemáticos dentro de
su entorno académico, generando desequilibrios o ruptura del orden emocional
manifestado en un comportamiento agresivo, de mal genio, intolerancia, con una
actitud negativa, pesimista, encerrados en los errores y defectos más que en
las cualidades, indeciso al momento de tomar decisiones, entre otras. Eventos
que afectan significativamente el desarrollo de sus relaciones intra e
interpersonales, en su convivir diario con colegas y estudiantes, poniendo en
riesgo su desempeño personal y profesional dentro de la organización.
Por consiguiente,
(Barrientos y colaboradores, 2019, p. 181) plantean que “es importante realizar
evaluaciones y consultoría psicológica periódicamente a los docentes para
diagnosticar a tiempo una actitud desfavorable, o bien, prevenir sentimientos
de malestar y desmotivación que en el futuro ya no se puedan modificar o
manejar”. Es allí donde las universidades deben generar planes de prevención en
la salud integral de los docentes para conocer el alcance de afecciones que
puedan estar padeciendo, ante lo cual, podrían generarse estrategias que
permitan contribuir en promover una aptitud resiliente en los docentes con la
finalidad de articular acciones que permitan superar episodios adversos en la
vida profesional del docente universitario.
Entendiendo que, la resiliencia es asumida
como la capacidad de los seres humanos de surgir a partir del caos y del
desorden, dos ingredientes característicos de las situaciones de adversidad.
Quiñones (2007.p.19). Dicho en forma sencilla, manejar y gestionar el caos
requiere desarrollar la capacidad resiliente en las personas; capacidad que se
vincula con el auto-control mental, la auto-conciencia y la agilidad mental que
le permita actuar, aprovechar y gestionar la complejidad, el caos y la
incertidumbre en su quehacer individual y social.
La resiliencia
constituye un área de especial interés, por lo tanto esta investigación parte
del supuesto de concebir la condición humana del docente, como
protagonista de la actividad educativa universitaria; interesa, entonces,
conocer a partir de las vivencias y experiencias propias del docente ¿Cómo afronta y supera situaciones de
adversidad?; vale decir, ¿Cómo el
docente, a partir de sus propias experiencias personales supera la adversidad?
Cabe destacar que las preguntas de
investigación constituyen un componente esencial dentro de los estudios de
racionalidad cualitativa; porque guían, orientan el rumbo inicial del esfuerzo
de indagación científica, Maxwell (1996). Por otra parte, conviene definir la
intencionalidad de esta investigación, para ello precisa declarar como
propósito general comprender los significados de resiliencia en relación al
contexto universitario, derivados de la experiencia docente al afrontar
situaciones adversas en su vida cotidiana.
REFERENCIAL
TEÓRICO
La
resiliencia como un proceso de naturaleza humana
Desde
diversas disciplinas como la biología, psicología, entre otras definen la
resiliencia como la capacidad del ser humano para hacer frente a las
adversidades, superarlas e inclusive salir fortalecidos (Grotberg y Suárez citados
en Rosales, 2008, p. 21). Tradicionalmente, es un concepto tomado de la física
y está referido a la capacidad de un material de retomar su forma original
luego de ser sometido a altas presiones. También es utilizado en medicina,
específicamente en el área de osteología, que constituye la propiedad que tiene
los huesos de crecer en la orientación correcta posterior a sufrir una fractura
(Melillo y Suárez, 2004).
Refiere
Valles (2014) que es a partir de la década de los 70, cuando las Ciencias
Humanas acogen el término confiriéndole la significación que se maneja
actualmente propia de un novel paradigma emergente que se vincula al Modelo de
Desafío dejando en el pasado el Modelo del Daño; en este último modelo se
analizaban los efectos negativos, producto de heridas y traumas. Mientras que,
el Modelo del Desafío convierte lo adverso en desafío para seguir viviendo,
creciendo, creando desde una perspectiva holística. Al comparar los dos
modelos, se concluye que la resiliencia como fenómeno se ajusta al enfoque del
Desafío porque analiza y enriquece la calidad de todos los recursos que
contribuyen a restaurar creativamente las experiencias y eventos traumáticos
(Rosales, 2008).
En
este sentido, Puerta de Klinkert (2002), citado por Valles (2014), expresa acerca
de la resiliencia:
Los seres humanos no
nos encontramos totalmente desprotegidos y vulnerables ante la fuerza de un
evento que en sí mismo puede implicar daño o riesgo: Poseemos una especie de
escudo que es la resiliencia…sirve como filtro que atenúa los posibles efectos
desagradables o nocivos, y muchas veces logra incluso transformarlos en
factores de superación (p.16).
En
el recorrido conceptual acerca de la resiliencia como manifestación de la
naturaleza humana, se define la resiliencia como la capacidad que tienen las
personas para desarrollarse desde una perspectiva psicológica dentro de los
límites normales, aun cuando subsisten en entornos de pobreza, riesgo o
familias disfuncionales, eventos de estrés prolongado, centros de
confinamiento, entre otros ámbitos, (Uriarte, 2005). De acuerdo a esta
afirmación, la resiliencia implica superar los perjuicios que acompañan las
situaciones de adversidad, contextos desfavorecidos y limitados
socioculturalmente.
Por su parte, Vanistaendel (2002), define la
resiliencia como una cualidad humana universal que está presente en toda
persona y situaciones difíciles que permiten hacer frente a las adversidades y
salir fortalecido de las experiencias negativas. De allí el considerar que la
resiliencia es un conjunto de procesos de naturaleza social e intrapsíquicos
que permite la vivencia de una existencia sana en un contexto insano (Rutter,
1993).
Con respecto al planteamiento del párrafo
anterior, otros autores coinciden en sus puntos de vista al considerar la aptitud
resiliente como el resultado de una conjunción de factores ambientales y el
temperamento, asociado a un tipo de habilidad cognitiva que poseen algunas
personas aun cuando tiene poca experiencia en los retos que enfrentan (Crespo,
2002).
Por su parte, refiere Valles (2014) que Wolin
y Wolin (1993), hacen referencia al concepto de Mandala de la resiliencia y proponen algunas características para
las personas resilientes, entre las que destacan las siguientes: introspección,
independencia, capacidad de relacionarse, iniciativa, humor, creatividad y moralidad.
En Venezuela, Sambrano (2010), citado por
Valles (2014) hace referencia a que la resiliencia tiene dos componentes
relevantes: i) la resistencia a la devastación y ii) la capacidad para
reconstruir luego de vivir experiencias adversas o encontrarse bajo circunstancias
destructivas (p.75). Se tratan de elementos que permiten la construcción de
niveles psicológicos para alcanzar una mejor salud mental y enfrentar el
porvenir.
Aunado a ello, Sambrano (2010) fundamenta las
competencias de la resiliencia a partir de los postulados de la Inteligencia
Emocional (Goleman, 2012). Esto obedece a que la inteligencia emocional está
referida a la habilidad de conocer e interpretar los sentimientos propios y
ajenos, con la finalidad de asumirlos como factores que orientan el pensamiento
y la acción, principalmente con las capacidades de relacionarse con otros
(Interpersonales) y automotivación respectivamente.
La
resiliencia como comportamiento asertivo
La resiliencia se asume como la capacidad
emocional, cognitiva y socio cultural que poseen las personas que permite
reconocer, enfrentar y transformar las situaciones adversas, problemáticas,
inciertas; hecho que permite asumir que la resiliencia constituye un enfoque
alternativo que brinda la posibilidad de enfocarse en las fortalezas de las
personas. Por otro lado, hay que reconocer que la naturaleza de la resiliencia
es compleja; la misma presenta múltiples dimensiones y factores de orden
individual, familiar y socio cultural.
La resiliencia como comportamiento asertivo ha
sido considerada desde la psicología social, si examinamos los postulados de
Goleman (2012), nos damos cuenta que también aborda dentro de sus estudios las
emociones y reacciones del individuo ante momentos o situaciones críticas,
problemáticas; sin embargo, se asumió a Goleman para entender la inteligencia
emocional.
La psicología positiva es considerada como el
estudio científico de las fortalezas y virtudes que poseen las personas, que
hacen posible adoptar o asumir una perspectiva más abierta en relación al
potencial humano, sus motivaciones y capacidades, Seligma (1999). Esto conduce
a entender que la vida buena nos lleva al fluir, al desarrollo y a la evolución
del ser humano como ente bio-psico-socio-cultural, lo cual implica
autoconocimiento de los puntos fuertes, fortalezas del individuo para luego
reconfigurar su vida y lograr aplicar sus capacidades de forma asertiva a cada
situación que vive.
Lo que importa ahora destacar es la necesidad
de desarrollar las fortalezas individuales en las personas con el fin de lograr
el fluir (flow) con la vida; un fluir que permita al ser humano hacer frente a
la adversidad, a las situaciones problemáticas que vive en su cotidianidad;
esto es, ser un individuo resiliente. De igual manera, es necesario comprender
las competencias de una persona resiliente con el fin de desarrollar las
capacidades que hacen posible superar las adversidades. Entre estas
competencias, Pittaluga (2013) destaca seis tipos: inteligencia emocional,
práctica, social, autoeficacia, disciplina personal y modelos mentales
flexibles.
Otro punto interesante de los planteamientos
de Pittaluga (2013) es el pensamiento creativo e innovador como atributos
propios de las personas resilientes. Es preciso aclarar que el pensamiento
creativo es la expresión del pensar divergente; es producto de la curiosidad
donde emerge un flujo de ideas originales y adaptables a la necesidad de
resolver enigmas o inquietudes. Es un fluir de muchas posibilidades, múltiples
opciones y diversas asociaciones entre las ideas con el fin de combinar y
generar una invención e innovación que busca satisfacer alguna necesidad.
HALLAZGOS
SIGNIFICATIVOS DE LA RESILIENCIA
La tarea interpretativa consistió en
transcribir los datos, diseñar matrices para identificar, construir y destruir
significados que expresen las relaciones y la unidad de sentido en función de
los hallazgos sobre la resiliencia como tema de investigación. Para garantizar la confidencialidad de la
información y el anonimato del informante, fue conveniente asignar un código a
cada uno de ellos. Se procedió a realizar una interpretación de las
manifestaciones de los informantes clave para identificar sus categorías y
finalmente, realizar la integración de significados de los tres actores en un
todo coherente.
Para los informantes clave el ser resiliente
funda sus acciones en los valores; por lo tanto, las estrategias de reflexión que
emplea en la resolución de problemas se hace en función de diferentes
significados a saber: en primer lugar, la reflexión es actividad puramente
mental y el tema se relaciona con la filosofía; en segundo lugar, se trata de
un acto empírico que se da ciencias tales como la física.
Crear la unidad de sentido en relación al
tema de resiliencia; parte de la síntesis interpretativa en función de los
hallazgos obtenidos donde los rasgos emocionales se presentan en tres planos de
acción: en lo personal, social e institucional; pues constituyen los ámbitos de
acción del profesor universitario, tal como
se muestra en la siguiente matriz:
INTERROGANTES |
LYCA01 |
YODE02 |
LESPA03 |
¿Cómo ha manejado
emocionalmente las situaciones adversas que ha tenido que afrontar durante su
desempeño como docente universitario? |
El manejo emocional se da en 03 ámbitos de acción Personal, social e interdisciplinar y el
organizacional Se basa en la formación técnica, por pares y en
complejidad |
El manejo emocional se basa en el control,
equilibrio, pararse, deslastrarse de los problemas y enfrentar |
El manejo emocional lo logra un ser integral sano
y equilibrado (cuerpo, emociones, sentimientos y pensamiento) Madurez emocional, sabiduría, formación y
adiestramiento, identificación institucional, responsabilidad, respeto,
modelaje, valentía, talleres, toques, motivación, empatía y humildad |
Rasgos emocionales a nivel: personal, social e institucional Formación, madurez y rasgos axiológicos |
|||
¿Cuáles estrategias ha
utilizado para reflexionar y resolver problemas |
Estrategias de reflexión: Pensamiento (actividad pensante) Autocontrol, empatía, comunicación |
Autocontrol, serenidad, introspección,
autoconocimiento, información como poder, realista, seguridad en sí mismo,
humildad, crear ambientes agradables, empatía, relaciones con respeto y
abiertas |
Actividad mental (pensar filosófico o
fenomenológico) Pensar el cómo, el por qué y el para qué Pensar la capacidad del ser humano para actuar en
positivo, capacidad de reaccionar y recuperarse, actividad cognitiva y
cognoscitiva, coexistencia, diálogo abierto de entrada y salida basado en el
repreguntar |
Estrategia de reflexión: pensar filosófico o
fenomenológico Rasgos personales y axiológicos |
|||
¿Cómo pone en práctica
su pensamiento creativo e innovador ante situaciones adversas? |
La práctica del pensamiento creativo: Conciencia emocional, comprensión al otro, auto aceptación,
actitud empática (ambientes armónicos) |
En situaciones difíciles se es más crítico Aprovechamiento de la experiencia, pasión, pautas
de convivencias, observación, involucrarse, percepción, planificación,
organización y humano |
Creatividad emergente El fluir como estado óptimo de motivación
interior Psicología positiva |
Pensamiento creativo se funda en: conciencia
emocional, experiencial y el fluir motivacional del YO interior |
|||
¿Qué estrategias y/o
habilidades ha desarrollado para comprender e interactuar con las demás
personas dentro del contexto universitario? |
Estrategias de comprensión y reflexión: Ser auténtico (sí mismo), auto-regulación,
auto-motivación, capacidad de persuadir, influir y escuchar, honestidad y
responsabilidad, consenso y reconocimiento del punto de vista del otro,
trabajo en equipo |
Planificación, observación, información,
formación, conocimiento, compañerismo, solidaridad, respeto autocontrol,
cónsono con la que se dice y se hace |
Reconociendo que las relaciones son impredecibles,
inciertas e incontrolables Basado en valores como la dignidad y la humildad |
Rasgos de comprensión y reflexión: personales,
interpersonales y axiológicos |
Matriz
1
Representación
visual de los significados de resiliencia
Ahora bien, el ser resiliente se basa en el pensar
filosófico o fenomenológico, ya que este pensar considera el asunto con
atención y detenimiento para estudiarlo, comprender bien su significado y reflexionar sobre cómo podemos mejorar en lo
personal y a las demás personas, a través de la resolución de problemas. El
pensar fenomenológico implica no conformarse solo con el cómo y el porqué de
las cosas, sino que debe responder a la interrogante reflexiva del el para qué
de las cosas porque encierra profundidad.
En este sentido, reflexionar sobre
situaciones adversas invita a pensar la relevancia de la capacidad del ser
humano para actuar en positivo; por consiguiente, el pensar fenomenológico
desarrolla la capacidad para reaccionar y recuperarse ante situaciones ligadas a
la adversidad, saliendo reforzados, para afrontar con creatividad y optimismo
la vida (actitud positiva). Es por ello que, la solución de las situaciones
adversas implica cualidades y habilidades de pensamiento, no hay solución
única; todo depende de la naturaleza del problema, circunstancia, ontología.
Desde esta perspectiva, las emociones dentro
de la dimensión personal, conducen al ser humano a desarrollar la capacidad de
procesar información, de sentir, actuar con sentido y propósito. Es un darnos
cuenta de nosotros mismos, de nuestra esencia y existencia y luego del entorno
donde operamos y de la experiencia en él; es conciencia pura que invita a
anticiparnos, imaginar el futuro y a entender las intenciones de otros
Pittaluga (2013). Al respecto Goleman (2012) refiere que el cerebro social
posee una infinidad de circuitos concebidos para adaptarse a la mente de otras
personas e interactuar con ellas.
Esta dimensión personal incluye el manejo de
las emociones a partir de la autoconciencia, entendida esta como el
conocimiento y comprensión de nuestra emociones, sentimientos, intenciones,
valoraciones y comportamientos, Marchena (2007: 23). Así mismo, el autocontrol
constituye una de las capacidades clave para manejar las emociones propias, lo
que permite elegir la manera adecuada de expresarlas.
Igualmente, la automotivación influye
significativamente en el manejo de las emociones del docente; según Marchena
(2007), está asociada al impulso interior, la tenacidad, el disfrute por lo que
se hace, la confianza en sí mismo, el optimismo y la perseverancia que fungen
como motores dinamizadores para impulsar el éxito en cualquier actividad y sobre todo ante una situación
adversa.
Cabe destacar que la dimensión personal da
cabida a la social, la cual está asociada a las relaciones interpersonales
(Goleman, 2012), vale decir, el interactuar con los otros en los diversos
escenarios del contexto universitario en este caso en particular que aquí se
estudia. Es establecer relaciones de compenetración o rapport, se trata de un
estado que se caracteriza, según Goleman (2012:77) por: i) la atención absoluta
y recíproca de las personas que interactúan, ii) la sincronía no verbal y iii)
la positividad, que se establece también por el grado de empatía. De allí que,
la empatía y la capacidad social tienen que ver con “la facultad de gestionar las relaciones con los demás” Goleman
(2012:48).
La estrategia más idónea para reflexionar y
solucionar problemas es el pensar filosófico o fenomenológico, es un pensar
comprensivo. Conviene reseñar, que pensar es imaginar, reflexionar, acto o
proceso de tener ideas o pensamientos, incluyendo razonamiento, la solución de
problemas y la toma de decisiones. Aquí se asume que pensar es un conjunto de
operaciones mentales en cualquier combinación, que incluyen la atención, la
imaginación, la percepción, comprensión. Por consiguiente, el pensamiento es
una habilidad que se fortalece y se desarrolla con la capacitación sistemática;
por ende, influye significativamente en la capacidad del ser humano para hacer
frente a las adversidades, vale decir, ayuda a formar seres resilientes.
Entre los valores de la resiliencia, Kateb
(2011:89) destaca que “La autoestima es
uno de los pilares de la resiliencia”, pues las personas que creen en sí
mismas tienen una fe irrefutable en sus capacidades, por lo tanto tienen más
probabilidades de salir delante de manera más exitosa. Es un valor que parte
por incrementar el sentimiento de orgullo de tal forma que aumente también los
niveles de autoestima y exigencia ante situaciones difíciles que les toque
enfrentar. Se desarrolla mediante una actitud positiva, con un enfoque de
optimismo y espiritualidad, viendo las cosas íntegramente en sus verdaderas y
exactas relaciones, pensando en cómo resolver sin dejarnos vencer.
En relación al pensamiento creativo se pudo
conocer que el mismo se funda en: conciencia emocional, experiencial y en el
fluir motivacional del yo interior, lo que implica que este pensar exige un
flujo constante de inspiración para elevar la creatividad a partir de las
propias fortalezas del ser humano. De la creatividad e innovación se deriva el
mejoramiento, en términos de calidad, productividad y en la generación de
nuevas ideas adaptable y aplicables en un contexto y/o situación determinada.
CONSIDERACIONES FINALES
Las reflexiones que aquí se ofrecen están
relacionadas con resiliencia desde la experiencia del docente universitario. En
este sentido, la resiliencia es la capacidad emocional, cognitiva y axiológica
que manifiesta el docente ante situaciones difíciles, crisis e inciertas; son
capacidades asociadas a la automotivación, autoconciencia, autodominio o
autocontrol; así como, a la seguridad, confianza en sí mismo y en el otro.
La resiliencia está entrecruzada con el
manejo de las emociones, esto indica que al enfrentar situaciones adversas el
docente debe aplicar el autocontrol de sus sentimientos, emociones, pasiones y
sentires, todo ello con el fin de comprender la situación y tomar las
decisiones favorables para salir exitoso del momento difícil que afronta.
Al explorar las experiencias resilientes que
posee el docente universitario, se pudo contactar que éste ha vivido
situaciones conflictivas con estudiantes, donde ha tenido que poner a prueba su
capacidad resiliente. Clasifica el docente sus experiencias en tres (03)
grandes ámbitos de acción: personal, social e institucional, los cuales se
entrecruzan e interconecta.
La resiliencia es una capacidad del ser
humano que se desarrolla mediante la formación y capacitación en materia de los
rasgos personales y profesionales, con el fin de mostrar un mejor desempeño en
su quehacer educativo. Capacidades que están orientadas a desarrollar
habilidades para el manejo emocional, cognitivo y práctico que se requiere en
las relaciones interpresonales propias del contexto universitario. Implica el
uso de la conciencia, motivación del yo interior, de la creatividad e
innovación para hacer frente a los momentos críticos que les toca vivir.
Desde esta perspectiva, entender el
significado de la resiliencia, desde la perspectiva del docente, es entender
que la resiliencia es un concepto positivo que equivale a capacidad, habilidad,
destreza y competencia humana, que se vale del optimismo, de la perseverancia,
de la lucha, del aprendizaje y re-aprendizaje, del vivir y revivir mediante la
dinámica de mecanismos emocionales, cognitivos y socioculturales.
Finalmente, al intentar comprender cómo afronta
y supera situaciones de adversidad el docente, a partir de sus propias
experiencias personales supera la adversidad, se concluye que es mediante la
automotivación, el autocontrol, la confianza en sí mismo y en el otro, el
respecto, la humildad, la tolerancia; pero principalmente, se maneja
estratégicamente con dos elementos clave y complementarios como los son: i) el
pensar fenomenológico, es reflexionar para entender y comprender la situación
vivida y poder tomar las decisiones acertadas y favorables y ii) el diálogo
abierto y flexible, para mediar posiciones, ideas, pensamientos divergentes,
valores, entre otros aspectos requeridos al momento de afrontar una realidad
adversa.
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